Imágenes urbanas: Enrique ya trabaja
Por José Luis Barragán Martínez
Enrique vive en Pueblitos al norte de la ciudad, acaba de cumplir 18 años, terminó la Preparatoria y desde hace poco trabaja en una maquiladora por el rumbo del Sahuaro donde hacen camisetas y overoles.
Su padre trabaja en un almacén y su mamá es enfermera.
Enrique es el mayor de cinco hermanos, así que por ser el primogénito pues “es el que las manda tocar” y si a esto agregamos que ya trabaja, basta que mueva un dedo para que sus carnales se movilicen a ver qué se le ofrece con la esperanza de una propina para una soda con sus respectivos chetos o de perdida una moneda de cinco pesos para jugar en las maquinitas, inclusive se ha convertido en un buen prospecto para padrino de Primera Comunión, su primito Luis Alberto de nueve años ya lo tiene apartado.
Como soy amigo de la familia, hace poco, por la tarde, platiqué con Enrique, ese día lo regresaron temprano de la chamba porque se habían terminado las telas, material de trabajo que traen desde los Estados Unidos.
– ¿Antes de la maquiladora habías trabajado en otra cosa?
– Trabajé un mes en una blockera.
– ¿Cuál es tu horario de trabajo y cuánto ganas?
– De las siete de la mañana a las cinco de la tarde de lunes a viernes, nos pagan $1,200.00 a la semana.
– ¿Desde cuándo trabajas en la maquiladora?
– Desde hace mes y medio.
– ¿Qué fue lo que compraste con tu primera paga?
– La primera semana nos la guardan de fondo, así que hasta la segunda recibí dinero, me compré unos tenis “Nike” de segunda aunque estaban casi nuevecitos.
– ¿Qué compraste después?
– En la tercera semana un celular también de segunda para oír música y whatsappear con las morras, cuarta semana ocho pares de calcetas atléticas, quinta un traje deportivo y en la sexta me entracalé con un sombrero Wrangler color rojo.
– ¿Para qué quieres el sombrero?
– Es para los sábados en la noche: bailes, quinceañeras, bodas, bautizos, la Expo Ganadera y lo que se ofrezca.
– ¿Has ahorrado algo ahora que trabajas?
– Ni un centavo partido por la mitad.
– ¿Ayudas en los gastos de la casa?
– Para nada, con lo que nos pagan apenas me alcanza para mis cosas.
– ¿Cuál es la música que más te gusta y quienes tus artistas preferidos?
– Me gusta la música de antes, la que escuchaban mi papá y mamá, por ejemplo en cuanto grupera Los Invasores, Tucanes de Tijuana, Potri-yos, Alcones Norteños, Ramón Ayala, Tigres de Norte y Cardenales de Nuevo León; Bandas la de Fabián Gómez que también cantaba en el grupo Remolino, la del Recodo, Machos, Maguey, Cascabel, Sierra Grande y la Costeña de Ramón Alvarado, y en cuanto a música pop Enrique Iglesias, Arjona y Maná.
– ¿Ya conociste a alguna chamaca en la maquiladora que te guste?
– Sí, por supuesto.
– ¿Cómo se llama y por qué te gusta?
– Se llama Paty y me gusta porque está muy bonita y porque siempre anda contenta.
– ¿Cuáles son tus sueños?
– Me gustaría estudiar alguna carrera de ingeniería, pero si el amor llega…
– Cuando te cases ¿cuántos hijos piensas tener?
– Dos.
– ¿Hombres o mujeres?
– Lo que salgan nada más que estén completos.
La conversación termina, platico con la demás familia y me despido, al salir de la casa y tirado en el suelo, cerca de un bote para la basura, veo un papel hecho bola, lo recojo, es un citatorio de Agua de Hermosillo para que pasen “a cubrir adeudo bajo pena de cortar el servicio”. En el reverso del citatorio hay un mensaje escrito a lápiz que dice: “Hugo, carnal, lleva el sombrero con ‘El Forastero’ para que le emparejen las alas porque están chuecas, también que lo hormen estilo Marboro. Aunque hay que pagar hasta que esté el trabajo, por si acaso pídele $200.00 a mi amá y dile que el viernes se los pago, pero por favor Hugo llévalo porque el sábado se presentan Los Chanates de Tertuliano Lizárraga y quiero llevar a la Paty. Atentamente: Enrique”.
*Por José Luis Barragán Martínez, colaborador
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