Imágenes urbanas: Madre soltera
Por José Luis Barragán Martínez
Dos de la tarde, el calor no se aguanta en el ruletero “Zapata-Ley 57”, los pasajeros sudan, verdaderamente sienten como si estuvieran en un baño de vapor.
La mujer de algunos 40 años en el asiento de la orilla, su hijo de entre 4 y 5 años junto a la ventana abierta, el aire entra, caliente, es el verano, el verano fuerte de Hermosillo.
La mujer y el niño serios, el niño más bien con su rostro de niño-hombre.
La mujer pensando en lo de siempre, que cuando llegó a los 35 y sin casarse los hombres se le acercaban con rostro de ventaja, “¿y qué querías?” le decían sus amigas, “si después de los 40 en cualquier momento das el ‘viejazo’ y ya ni quien se fije en ti, así que cuando menos debes de tener un hijo para que te realices como mujer”. No le costó trabajo, desde la primera vez que asistió al antro por el boulevard Rodríguez donde se reúnen hombres y mujeres solterones, divorciadas o viceversa en busca de pareja encontró un acomedido y quedó embarazada. Hoy en día va con el niño de aquí para allá y de allá para acá, aunque la mayor parte del tiempo lo deja encargado con los abuelos. No faltan las críticas: “Mírala, trae al niño de mascota”, “qué egoísta, se realizó como mujer pero condena a un ser humano a no saber ni quién es su padre”. Aunque quiere mucho a su niño, a veces sus sentimientos se enredan y se siente culpable por tener un hijo sin papá.
De pronto el ruletero pegó un brinco por un tope, la mujer volvió a la realidad y volteó a ver a su pequeño el cual, embelesado, miraba a un papá y una mamá quienes llevaban entre sus piernas a un niño y una niña jugando con una pelota.
*Por José Luis Barragán Martínez, colaborador