lunes, abril 7, 2025
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Basura celeste: Imaginación, memoria y esperanza

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Por Ricardo Solís
Toda buena novela, creo, es una defensa del poder de la imaginación ante las condiciones en que el mundo se nos presenta y nos confronta. En estos términos, más allá de si estamos o no dispuestos a leer determinado tipo de historias, un libro como La caída de los pájaros (Alfaguara, 2014), primera novela de Karen Chacek (Ciudad de México, 1972), representa una buena prueba para quienes suelen tomar distancia de temas que se vinculen con la infancia, la ciencia ficción o la fantasía, pero bien vale la experiencia.

Chacek –que ya lo ha dicho en más de una entrevista– no niega que la ciencia ficción forma parte de lo que escribe desde que comenzó a hacerlo; asimismo, destaca que los comics, las fábulas y el cine han sido de radical importancia en su formación, por lo que ha podido explorar distintas facetas narrativas en su trabajo (el guion audiovisual, la literatura infantil, el cuento breve o la novela), convencida de que “lo fantástico” no deja de estar a nuestro alrededor.




Para ser justos, la historia general en La caída de los pájaros no tiene mucho de original; los sucesos ocurren en una enorme ciudad –que podría ser cualquier metrópoli del mundo– donde, años atrás, después de una catástrofe natural (el desplome de las aves), los niños entran en una especie de estado catatónico y permanecen en un hospital mientras sus “espectros” rondan las calles y los sueños de sus padres, lo mismo que los de aquellos que, como la protagonista (Violeta), son “telépatas naturales” y pueden comunicarse con ellos.

Con todo, aunque Violeta es especial –y lo prueba su contacto perenne con el Fabricante de Aves, un anciano artista que también es capaz de hablar con los fantasmas y conoce el desenlace de la historia pero ha sobrevivido a un accidente y manifiesta una relativa pérdida de la memoria, la cual irá recuperando gracias a “la voz” de una niña (muy semejante a la que ella misma fue) a la que deberá irse acostumbrando (y que la salvará en más de una ocasión).




Por supuesto, como se anuncia en la contraportada, la novela tiene “tanto de alucinación como de metáfora” porque, de manera perceptible, el alegato es la importancia de la imaginación y los riesgos de perderla en una época como la que vivimos, maravillados por dispositivos tecnológicos cuya novedad nos deslumbra; sin embargo, en un camino sembrado de enemigos (un Estado presumiblemente totalitario y una sociedad enajenada), el periplo de la heroína tiene un desenlace “positivo” ya que, todo indica, se logrará “la reinvención del mundo” tras el retorno de los niños a sus hogares, con sus padres.

Esquemáticamente, estamos ante una novela que nos recordará otras historias o películas, de igual forma, frente a una narrativa dinámica y ágil, que conoce sus prioridades y se nos entrega breve (menos de 200 páginas) y cómodamente segmentada; a pesar de todo ello, es muy posible que haya lectores que no disfruten mucho de una prosa donde lo “visual” impera (da la impresión de que hubiera sido pensada para la pantalla, lo que no es un defecto en sí pero a muchos les desagrada).




Para concluir, La caída de las aves está lejos de ser un libro que deba pasarse por alto; posee virtudes narrativas que no son frecuentes en el panorama de lo que se escribe hoy día en el país y, sobre todo, se trata de una incursión más que solvente en la ciencia ficción (de la que se deberían publicar más títulos), da cuenta de una escritora con oficio y capaz de mantener nuestra atención. Sí, algunos de sus “trucos” pueden ser evidentes, pero nadie le puede negar a Chacek que, con mucha eficacia, es capaz de despertar nuestra imaginación y devolvernos –por un instante– la esperanza.




 

Ricardo Solís (Navojoa, Sonora, 1970). Realizó estudios de Derecho y Literaturas Hispánicas en la Universidad de Sonora. Ha colaborado en distintos medios locales y nacionales. Ganador de diferentes premios nacionales de poesía y autor de algunos poemarios. Fue reportero de la sección Cultura para La Jornada Jalisco y El Informador. Actualmente trabaja para el gobierno municipal de Zapopan.


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