Espejo desenterrado: Ismael Mercado Andrews, sigue su destino cierto

A los 72 años, el escritor sonorense dejó de existir. Nos deja sus letras y su recuerdo infinito.

Por Karla Valenzuela
Siempre congruente en su andar, categórico a la hora de hacer un juicio, firme en su ideología, Ismael Mercado Andrews fue un escritor que hizo de la crónica en Sonora una verdadera diversión.

Leerlo es asistir a un festín de palabras y convicciones, de sonidos y bailes que se entrelazan para recrear el universo del escritor.

Yo lo conocí personalmente una tarde en la sala de juntas de El Imparcial. Siempre de voz grave y de letra contundente, Ismael supo hacer historia en la páginas de ese periódico y de algunos otros en los que escribiría -yo creo- desde que tuvo uso de razón, o más bien desde que supo que la razón de escribir es decir lo que uno piensa y siente, hacer algo por lo demás, cambiar conceptos y maneras de ver la vida.

Al final, no sé si Ismael -tan subversivo como llegó a ser- se daría cuenta de que todos los días, quizás desafortunadamente, son buenos para que explote la rabia y de que la fiesta, la gran fiesta de la vida, empieza diariamente aunque el amanecer termine.

Escritor, poeta, historiador, cronista, cantante, bailarín y trovador entero, Ismael Mercado vivió justo como eran sus letras: alborotado por la vida.

Sin él, la historia de los estudiantes de los primeros años de los 70 no se hubiera entendido como poesía, rebelde sí, pero poesía al fin.

Sin él, el Pluma Blanca no hubiera sido el mismo, ni tampoco lo hubieran sido las noches de rocola en el bar, al lado de la crítica al gobierno, a la deshumanización, al mundo tan repleto de inerte entretenimiento.

Premio Nacional de Periodismo, Ismael Mercado Andrews, el magdalenense, dejó huella para siempre como promotor de la lectura. Él pensaba que sólo un país culto puede hacerle frente a sus problemas. Estaba en contra de la militarización y de los desenfrenos de los gobiernos y, sobre todo, estaba en pro del derecho a expresarse.

Nacido en 1943, Ismael falleció en cuerpo, se fue ya a seguir un destino cierto, pero su voz retumba por todos los lugares donde anduvo y así permanecerá para las próximas generaciones.
Descanse en paz.

*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.

** Fotos de: Carlos Armenta

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