jueves, noviembre 21, 2024
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Un cúmulo de emociones el TEDxNáinari

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Por Mónica Valdivia
Nadie me dijo que al ir al TEDxNainari, en cinco horas iba a experimentar tantas emociones y qué bueno, porque eso lo hizo aún más extraordinario.

La noche del viernes, un día antes del evento, mi mamá me preguntó, – ¿y qué es eso del TED?, le respondí que una serie de charlas de gente exitosa que venía a compartirnos un poco de su vida. Me quedé corta.

Llegué puntual a la cita, habría dos horas para el registro y las charlas en el formato de la plataforma conocida a nivel mundial, serían de las 14:00 a las 18:00 horas y fueron muy respetuosos de los tiempo.




Los organizadores, con Gabriela Lozoya a la cabeza, se encargaron de ambientar un lobby donde la mayoría de las conversaciones giraban en torno a la emoción que sentían los allí presentes por ser parte de la primera edición del TEDxNainari.

En el lobby no podía faltar la emblemática X color rojo del TEDx en la que pocos se resistieron a tomarse una fotografía, yo me tomé tres, no menos, seis.

También había un mural con el abecedario del lenguaje de señas y aprendí a expresar mi nombre y el de mi hija con mis manos y una X en blanco sobre la cual, mientras se desarrollaron las charlas, un grupo de artista pintaron un mural.

Entre los asistentes había estudiantes, profesionistas, empresarios, académicos, investigadores y un grupo de sordos con varios interpretes del lenguaje de señas.




Fueron tres bloques de charlas, escuchamos a Lídice Soqui hablar de qué sería de nosotros sin los libros; Emmanuel Urquieta nos dijo los beneficios en la tierra de la misión a Marte y Edgar Pichardo de cómo los mexicanos somos capaces de crear lo que nos propongamos.

También subió al escenario Daniel Granatta y nos compartió una charla del por qué los hombres deben ser más feministas; Melissa Valdez habló de cómo el diseño urbano de los barrios puede facilitar la comisión de delitos; Norma Santiesteban y Lupita Humildad, ambas madres de niños con capacidades diferentes, a varios nos llevaron de la risa al llanto con el tema “Vivo y convivo con la discapacidad”.

El “speaker” que cerró fue Francisco Oroz, productor musical y compositor, con un mensaje sobre la música como una profesión.

Si me preguntan cuál fue para mí el mejor “speaker”, les respondería que todos. Cada uno tiene una historia tan humana de éxito producto del esfuerzo, de la disciplina y amor por la vida.




Al finalizar el evento, que fue en el CEEN del Itson, me fui caminando a la calle Miguel Alemán y Zaragoza donde me esperaba mi hija para ver juntas un desfile navideño. Ella llegó temprano para “agarrar” buen lugar y conforme llegó más gente, la fueron dejando atrás hasta que perdió toda vista al lugar por donde pasarían los carros alegóricos.

Y dirán qué al caso el comentario con todo lo que antes escribí. A lo que voy es que salí del evento llena de energía positiva, entusiasmada por seguir haciendo mi trabajo con pasión y de ser una mejor persona por mi hija, por mi familia, por la ciudad donde vivo y contagié a mi hija quien se había “apachurrado” anímicamente por perder la vista al desfile.

De eso se trata la vida, de contagiarnos de lo positivo. A su manera, cada “speaker” nos contagió su buena vibra y deseos de trabajar duro para ser mejores personas.

El pasado sábado nació algo chido en Cajeme, una opción más para promover el crecimiento de las personas como seres humanos, así que larga vida a TEDxNainari.

Fotos: Mónica Valdivia

 





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