jueves, noviembre 21, 2024
Basura celesteColaboraciónColumnaCulturaLiteraturaOpinión

Basura celeste: Doctor sueño y el destino de Danny Torrance

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Por Ricardo Solís
Una de las primeras cosas que habría de quedar clara respecto de la novela Doctor sueño (Plaza & Janés, 2013), del nunca suficientemente ponderado Stephen King, es que a pesar de ser la secuela de su ya clásica El resplandor (1977), toma una arriesgada distancia de esa historia y nos entrega a un Danny Torrance adulto que no sólo enfrentará a sus propios demonios –adicciones y su particular visión sobre sus dones psíquicos– sino, además, en compañía de una sorprendente niña que comparte sus poderes, la amenaza que significan Rose the Hat y su pandilla (the True Knot) de criaturas semejantes a vampiros.

Danny el adulto, aunque no se lo esperaba, termina convertido en una versión parecida de su padre porque el alcohol le permite “calmar” lo que gracias a Dick Hallorann ha aprendido a llamar “el resplandor” pero, de igual modo, gracias al mismo chef consigue hacer frente a los fantasmas que, desde la destrucción del Hotel Overlook, le persiguen y acosan. Por otra parte, a lo largo del libro no dejará de pesar sobre él la anécdota con la que “toca fondo” y, tras de unos años como nómada, se establece en un pueblo donde consigue trabajo y, además, recibe ayuda en un grupo de Alcohólicos Anónimos.



Ahora bien, el nombre de “doctor sueño” lo gana al pasar de ser empleado en un parque de diversiones a un asistente en un asilo de ancianos donde, gracias al puntual aviso de un gato, brinda “alivio” a los moribundos. Con todo, las cosas comienzan a torcerse cuando seguimos otras dos historias paralelas: primero, el nacimiento y desarrollo de una niña (de nombre “Abra”) que también posee “el resplandor” pero en una medida muy superior a Danny.

La otra historia corresponde a los “malvados” de la novela, el grupo de criaturas con aspecto humano que viajan en caravana por el mundo y se alimentan, justamente, del “resplandor” (a lo que llaman “vapor”) de las personas, a quienes deben asesinar para purificar las dosis que les permiten vivir siglos. Comandados por Rose the Hat, establecen contacto “psíquico” con Abra y deciden “cazarla”, lo que hace a la niña buscar apoyo en Danny Torrance.

Como en –casi– todas las novelas de King, la clave se encuentra en la hondura de los personajes pero, por lo que toca a Doctor sueño, lo mejor son las secuencias de acción tras el secuestro de Abra y los enfrentamientos que ella y Danny sostienen con la no menos poderosa Rose; son escenas descritas con una intensidad apabullante y que nos recuerdan que los buenos escritores pueden conservar algunas de sus mejores cualidades.



Quizá, como secuela, no hace suficiente “justicia” al prestigio con que cuenta El resplandor, pero no desmerece en cuanto a la calidad de las descripciones y el magnífico duelo final en el que Danny consigue derrotar a Rose the Hat y salvar a una Abra que, después de todo, nos ayuda a comprender mucho mejor en qué consiste lo que conocemos como “the shining”. Por supuesto, a más de un purista en la obra de King le parecerá que algunos capítulos están de sobra o son “lentos” en exceso, pero debe considerarse que son, sin duda, necesarios para seguir la pista de Danny Torrance antes de que se convierta en “doctor sueño”.

Finalmente, esta novela satisfará a los fans de King y podrá sembrar de especulaciones el injusto desprecio crítico al que muchos suelen condenar al autor. Doctor sueño es una historia bien narrada y cuenta con personajes de sana y atractiva complejidad, a pesar de que su grado de “oscuridad” y “horror” sea menor que el de su antecesora y su desenlace ofrezca la impresión de que, después de todo, Danny Torrance ha alcanzado cierta forma de “redención”.



Ricardo Solís (Navojoa, Sonora, 1970). Realizó estudios de Derecho y Literaturas Hispánicas en la Universidad de Sonora. Ha colaborado en distintos medios locales y nacionales. Ganador de diferentes premios nacionales de poesía y autor de algunos poemarios. Fue reportero de la sección Cultura para La Jornada Jalisco y El Informador. Actualmente trabaja para el gobierno municipal de Zapopan.


– PUBLICIDAD –


Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Verified by MonsterInsights