jueves, noviembre 21, 2024
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De mente abierta y lengua grande: La ilusión de la puerta

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Chef Juan Angel | @chefjuanangel
Espero no ser el único que piensa en comida todo el día: mientras desayuno discierno qué comeré y a la hora de la comida me ilusiona saber qué cenaré. Incluso pienso desde el jueves cuál será mi banquete de fin de semana, ya que de lunes a viernes guardo dieta rigurosa para evitar la bonita herencia cardiaca familiar.

Mi mayor ilusión cuando llegaba a la escuela primaria, era saber qué me depararía el destino al llegar a casa.

Las coyotas de Doña María son un referente cultural en la capital de Sonora, son un platillo que nos representa a nivel mundial en diferentes expocisiones y eventos, incluso es vendida por grandes cadenas comerciales como Costco.

Sonaba la campana (no había timbre aún) y salía como bólido del salón de clases, bajaba los escalones que daban a la calle y la cruzaba corriendo; por suerte, mi casa estaba casi frente a la escuela, tocaba la puerta de acero desesperadamente haciendo un escándalo de tamaños carnavalescos para que mi mamá se apurar abrir, mientras trataba de adivinar entre los aromas que salían de la casa cuál sería el platillo de se serviría ese día para comer. Le rogaba a Dios que no hubiera lentejas o la tan famosa crema de zanahoria, que mi mamá nos servía con singular alegría y periodicidad después del acertado e histórico consejo de “La Grosera” (una prima de mi mamá): “Águeda, dales mucha zanahoria a los niños, es muy buena para la vista, y mejor si la haces en crema”, lo anterior sumado a que mi hermano era bizco, daba como resultado una catástrofe de tamaños universales. Por fin, mi mamá se secaba las manos y salía de la cocina, abría la puerta, yo entraba directo la cocina, cruzando los dedos destapaba la olla y para mi buena suerte había carne con papas, el plato de lujo, el antecesor del bistec ranchero, al que no le hacía falta chile ni jitomate; era exitoso solo por combinar cebolla, papas y carne, acompañado de una buena cucharada de frijoles aguados que se entremezclaban en el plato con la grasa de la carne. Ese fue mi primer acercamiento a lo que después, en la ciudad conocí como bistec ranchero. Emocionalmente no tiene que ver un plato con el otro, pero ahora los disfruto por igual.

Chef Juan Angel – Licenciado en Periodismo y chef profesional, conductor de televisión, creador de contenidos gastronómicos y embajador de marcas de alimentos.


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