Celuloide: Beasts of No Nation
Por Jesús Ricardo Félix
Beasts of No Nation (2015) es una película dirigida y escrita por Cary Joji Fukunaga basada en la novela de Uzodinma Iweala. Es una producción norteamericana sobre el drama de la guerra en el continente africano. La película fue filmada en Ghana aunque en el desarrollo del filme se habla poco del contexto geográfico y político que se maneja dentro de la ficción. Probablemente las dificultades de gestionar este tipo de temas que rayan en lo político podría mover fibras sensibles si se les llama a las cosas por su nombre. Al parecer la historia se desarrolla en el oeste africano, más concretamente en Nigeria, el escritor norteamericano Iweala es de ese origen y se inspiró en el nombre de una canción de un cantante del mismo país: Fela Kuti.
De cualquier manera, la historia, sin ser de lo más original, se centra en los niños soldados del continente africano. El personaje principal Agu es interpretado por el actor Abraham Attah y el comandante por el actor inglés Idris Elba. Agu se ve obligado a abandonar su villa en medio de un conflicto que involucra al gobierno y diferentes facciones de rebeldes. Por jugarretas del destino es encontrado por un grupo de rebeldes liderados por un carismático comandante. Quien desde un inicio lo recluta como parte de su ejército. Aquí somos testigos del proceso por el que pasan todos los reclutas: ideologización, deshumanización, obediencia. Desde un inicio les venden la idea de que ellos están del lado de la justicia, que el gobierno es el enemigo y que hay que ir ocupando puentes y aldeas en nombre de la libertad.
La voz interior de Agu es siempre la de un niño, pero las acciones que es obligado hacer en el ejército de rebeldes ya le ha robado la infancia y los sueños a los que aspira cualquier niño en cualquier latitud. El comandante incluye a la religión como parte importante del proceso ideológico, los soldados rezan antes de ir a la batalla o en el caso de que pierdan a un colega en el frente.
El último informe de la ONU sobre niños y conflictos armados publicado en 2018 verificó el uso de menores como soldados en países africanos como República Centroafricana, República Democrática del Congo, Mali, Somalia, Sudán y Nigeria. Pero no solo es en el territorio del continente africano donde se reclutan niños soldados. En México por ejemplo es cada vez más común ver adolescentes y niños reclutados como sicarios.
El personaje sufre de maltrato psicológico, violencia, abuso sexual, hasta que empieza a encontrar en las drogas un refugio donde ocultarse. ¿Qué clase de realidad permite llegar a estas atrocidades? En la película se mencionan nombres de partidos y ejércitos rebeldes luchando por la democracia y la libertad pero sabemos que en el fondo el tema se centra en la riqueza de los recursos de estos países y el contrabando de armas y drogas, el negocio de la guerra. La desestabilidad política de estas naciones favorece el control y explotación de los grandes corporativos cuya base se encuentra en los países de primer mundo. El comandante obedece a un comandante supremo y el comandante supremo a un dictador y el dictador a un país de primer mundo etcétera.
La película busca incomodar al espectador, es por eso que hay escenas que pueden provocar que apartes la mirada de la pantalla. Si tuviéramos que subrayar algún defecto es que resulta un poco larga y redundante. Hay momentos donde parece que se quedan atorados en lo mismo pero no por eso deja de ser un filme interesante y relevante. Otro aspecto es que pintan a la ONU como la salvadora del mundo y para los que conozcan un poco del contexto político internacional sabemos que eso es bastante alejado de la realidad, pero es producción norteamericana finalmente ellos cuentan su versión de la historia.
Si buscan leer alguna novela basada en hechos reales respecto al tema les sugiero Un largo camino: memorias de un niño soldado de Ishmael Beah o Mi vida de niña soldado: me quitaron a mi madre y me dieron un fusil de China Keitetsi.