Celuloide: La batalla por Sebastopol
Por Jesús Ricardo Félix
En esta ocasión vamos a hablar de Battle for Sevastopol (2015) una película rusa dirigida por el realizador Sergey Mokritskiy. La película nos relata parte de la vida de la célebre francotiradora Lyudmila Pavlichenko. Si hay algo que los alemanes temían del ejército rojo era su grupo de francotiradores, uno de los más famosos es Vasili Záitsev en la película Enemigo al acecho (2001) se describen algunas de sus proezas. Antes de comenzar con el análisis de la película vamos a describir el contexto de la unión soviética en la segunda guerra. Hay que recordar que Adolf Hitler veía en los rusos a un importante enemigo por diferentes motivos: eran bolcheviques, Stalin representaba una amenaza para su política expansionista y por si fuera poco les consideraba una raza inferior a quien podían exterminar o esclavizar con el fin de expandir el espacio vital, el conocido Lebensraum. Con el plan Barbarroja pretendía disminuir a la población rusa y a los sobrevivientes utilizarlos como esclavos o si acaso expulsarlos a Siberia.
En diciembre de 1940 el líder de la Alemania nazi, Adolf Hitler, autorizó la llamada Operación Barbarroja que rompía con el tratado de paz entre él y Stalin. Hay que recordar que el ejército del Tercer Reich contaba con algunos de los mejores estrategas de la segunda guerra: Erwin Rommel, Erich von Manstein, Friedrich Paulus, entre otros. Stalin tenía bajo su manga al famoso general de origen campesino Gueorgui Zhúkov. Si repasamos los errores que cometieron los nazis en la invasión Soviética el principal fue la arrogancia. Calcularon que lograrían someter a los rusos en poco tiempo con su famosa guerra relámpago Blietzkrieg y que las diferentes etnias alrededor de la Unión soviética jamás apoyarían al gobierno. Era como las tribus prehispánicas sometidas por los aztecas que vieron a los conquistadores españoles como la solución. Parte de la estrategia de los rusos es que forzarían a los alemanes a librar una lucha cuerpo a cuerpo donde el ejército rojo ejecutó una guerra de desgaste. Si Alemania superaba a Rusia en tecnología militar los rusos los superaban en número y contaban con juguetes como las Katiusha, el famoso tanque T-34 o el avión Ilyushin Il-2. Ahora bien la participación de la mujer en el ejército rojo jugaba un papel clave, no olvidar a las mujeres piloto soviéticas que bombardeaban objetivos enemigos al finalizar el día ganándose el nombre de “brujas de la noche”. Pero también incursionaron en las filas de unidades de artillería, los servicios antiaéreos, tanquistas, como servicio médico y francotiradoras. Entre sus filas una de las más talentosas era la ucraniana Liudmila Pavlichenko. Desde los catorce años de edad se aficionó a las armas inscribiéndose como tiradora en un club de rifle al que solía acudir en sus tiempos libres. Era hija única de un militar ¿podríamos imaginarla un poco acomplejada de ser una mujer en una época donde los hombres normalmente se llevaban la gloria? Quizás por demostrarle a su padre o por su propia convicción pero al iniciar la invasión germana Pavlichenko se presentó en una oficina de reclutamiento como voluntaria del Ejército Rojo. Se dice que en la batalla de Odesa llegó a eliminar aproximadamente a un total de 187 soldados. Debido a su buen desempeño fue elevada al rango de teniente y llevada a Sebastopol donde ejecutaría a un total de setenta enemigos. En el año de 1942 fue herida por el proyectil de un mortero quedando incapacitada para seguir en el frente. La maquinaria de propaganda rusa ya había construido una leyenda a su alrededor, por lo que se le encomendó la tarea de realizar una gira que la llevaría hasta la casa blanca. Llegó a entrevistarse con el mismo presidente Franklin Roosevelt tratándolo de convencer de abrir un segundo frente contra los nazis. De hecho el realizador adopta la figura de Eleanor Roosevelt para ser la voz narrativa que nos revela información acerca de Liudmila a manera de flashbacks. Sus incursiones en el frente, sus amistades y también sus amoríos.
Se dice que la señora Roosevelt queda impresionada con la personalidad de la francotiradora de apenas 25 años, generando una amistad de admiración mutua por lo que es invitada a recorrer el país relatando sus experiencias. Lo que el director Sergey Mokritskiy nos describe es que el vínculo que a une a ambas mujeres de condiciones tan distintas no es tanto la guerra sino su feminidad. En un mundo de jerarquías políticas y militares dominadas por el hombre dos mujeres intentan hacer oír su voz. Vale la pena ver la película para que cada espectador deduzca cuanto de la historia ahí descrita pudo ser real y cuanto pudo ser parte del mito. Lo cierto es que el filme da vida a una parte de la historia que ha sido poco contada: el importante papel de las mujeres en la segunda guerra mundial.