La Policía Energética: Tren Maya Eléctrico, pero… ¿De dónde vendrá la energía?
Por Ana Sotomayor
Bienvenidos de nuevo. La semana pasada les comenté mi opinión sobre la restricción a la Generación Distribuida Colectiva, o sea los paneles solares en comunidad. Hoy hablaremos sobre el famoso Tren Maya. Sin caer en el debate de si será un éxito o contribuirá a la economía de la zona hablaré estrictamente de cómo funcionará y la energía que necesitará su construcción y operación.
Resulta que la zona de la península ha estado olvidada durante muchos, muchos años en lo que se refiere a inversión en infraestructura, tanto de comunicación como de energía. En este último rubro se incluye generación, transmisión y distribución. A pesar de que existen municipios que tienen grandes inversiones por turismo, la península de Yucatán sufre de lo que llamamos pobreza energética. Según datos del Centro Nacional de Control de Energía, la capacidad instalada de electricidad cubre entre el 50 y 60% de la demanda de la zona, pero además la electricidad no es la única forma de energía, y con ello hay demanda de Gas Natural y combustibles que aún debe satisfacerse. Según datos de cámaras de comercio y el Centro Nacional de Control del Gas Natural, la demanda actual es de entre 350 y 600 millones de pies cúbicos diarios de gas natural (mmpcd) y apenas se surte entre 50 y 70 mmpcd. El resto de esa demanda se cubre con gasolina, diésel y combustóleo.
¿A que vienen todos estos datos? Pues el asunto es que la zona de la península no se da abasto para generar la energía suficiente para sus necesidades actuales y, aunque cabe mencionar que esas necesidades deben haber bajado por la pandemia, la tendencia normal es el crecimiento. Ahora bien, imaginemos la cantidad de energía que requiere la construcción de un tren, esto incluye todo tipo de transporte y movimiento; la energía para la fabricación, maquinado, ensamble; calor de proceso y cientos de etcéteras. Esa energía tendrá que venir de algún lado.
Para la energía eléctrica habrá que incrementar la capacidad no solo de generación en el mediano plazo, pero de manera inmediata, la infraestructura necesaria para transmisión y distribución de la electricidad generada en otros estados. Aquí es muy importante enfatizar que si bien en generación las empresas privadas pueden invertir, la transmisión y distribución son facultades exclusivas de CFE. Y estamos hablando de miles de millones de pesos en un momento económico de recesión.
Ahora el asunto se complica, porque también para generar energía eléctrica se utilizan combustibles, no hablaré de las energías renovables porque CFE por el momento las tiene clasificadas como un problema. Esos combustibles son precisamente el Gas Natural y el famoso combustóleo que ya había mencionado en entregas anteriores. Para llevar más Gas Natural a la zona de la península y sobre todo en las cantidades que se requieren y requerirán, no bastan más pipas, sino que se requiere de inversiones en infraestructura en puertos, rehabilitación de vías férreas, almacenamiento y redes de distribución. De nuevo hablamos de miles de millones, pero de dólares, que se calculan para comenzar a satisfacer la demanda de Gas Natural que debería ser el combustible ideal para las plantas de generación eléctrica ya instaladas, ya que es más eficiente, y con menores emisiones de gases nocivos que el combustóleo.
El Tren Maya, según se ha anunciado, funcionará a base de diésel durante el 60% de su recorrido y a base de electricidad en el tramo Mérida-Cancún-Chetumal. Esto es muy interesante, ya que los trenes diésel-eléctrico tienen dentro su propio generador de electricidad que funciona con el mencionado combustible pero el tren mismo se mueve con motores eléctricos que se alimentan de esa electricidad, y los motores eléctricos son mucho más eficientes y con menores costos de mantenimiento. Así que el tren funcionará de manera autónoma con el uso del diesel en la mayor parte de su ruta, y en el tramo electrificado tomará la energía necesaria de la infraestructura de alimentación, esto deja la posibilidad de hacerlo 100% eléctrico.
Llegados hasta este punto, si para la construcción se realizaron todas las inversiones necesarias para alimentar de manera suficiente a la península de energía en todas sus formas, la operación del tren no tendrá mayores problemas.
El problema viene cuando se dimensiona la cantidad de inversión pública que deberá realizarse para llevar energía a la Península. Y más aún cuando, como ya lo habíamos mencionado, Pemex tiene un excedente de combustóleo. No quiero ni pensar que se les ocurra intentar cubrir la demanda de energía con este desecho del proceso de refinación; los costos en dinero son menores, pero en repercusiones al medio ambiente y salud pueden ser enormes. Tendremos que ser vigilantes de ello.
De nuevo terminaré diciendo que nos corresponde a todos poner nuestra gota para crear la ola verde, aprendiendo a valorar y cuidar lo que la naturaleza nos proporciona pero además, como ciudadanos vigilando y exigiendo que se establezcan las condiciones adecuadas para que tener acceso a energías limpias y asequibles.
Me despido y espero que sus comentarios, les dejo mi correo Sotomayor.anam@gmail.com.
Gracias a La Chicharra y hasta la próxima semana.
Ana Sotomayor es graduada en Administración de empresa y candidata a maestría en Sustentabilidad (si todo sale bien). Su experiencia profesional incluye proyectos de eficiencia energética y energías renovables, y es una hábil profesional en el sector de la administración de la energía. Sus habilidades incluyen el identificar, evaluar y presentar de una manera entendible las oportunidades en el uso eficiente de la energía y sus aplicaciones. Tiene experiencia en servicios de consultoría de sustentabilidad y ha presentado soluciones y programas eficaces de manejo eficiente de la energía para distintos clientes incluyendo el sector privado, y gobiernos estatales y municipales. Actualmente tiene su propia firma de consultoría dedicada a la realización de auditorías energéticas, perfiles de consumo de energía, capacitación y trámites para la participación en el Mercado Eléctrico Mayorista. Su experiencia anterior incluye puestos administrativos y financieros en industrias medianas.