Celuloide: El hombre que salvo al mundo
Por Jesús Ricardo Félix
Para hablar de esta película es necesario hablar sobre el clima que se vivía en la década de los ochentas, las series y películas han encontrado en ella un lugar común al cual llevar sus historias y recordarnos la buena música, el cine, los peinados, la forma de vestir de aquellos tiempos.
En aquella década los villanos de las películas eran todos rusos, como olvidar a Iván Drago de Rocky IV (1985), La invasión de los usurpadores de cuerpos (1978) mostraba una mezcla de amenaza comunista-alienígena, que decir de Rambo III (1988) luchando contra “las atrocidades” de los rusos ¿será por eso que la conocida serie Stranger things revive esa nostálgica paranoia ochentera de la guerra fría? Lo cierto es que en esos tiempos se vivía una tensión constante entre ambas naciones. Al parecer el cine servía de propaganda, el mundo era un enorme tablero de ajedrez que se dividía entre los adoradores del capitalismo y los apasionados del comunismo. En Latinoamérica no era la excepción, se luchaba a través de guerrillas por imponer una u otra ideología que diera el poder a una de las dos súper potencias. Dictaduras, guerrillas, mitos, guerras como Vietnam eran generadas a raíz de este conflicto que se prolongaba desde la segunda guerra. Era un mundo bipolar y en ambas naciones se esperaba que el enemigo invadiera o acabará con el otro país. La paranoia llegaba a tales grados que cualquiera podía ser un espía, los satélites detectaban objetos no reconocidos y se pensaba que era una nave invasora, un error en la navegación entre fronteras podría ser una inminente declaración de guerra.
En ese clima de tensión y desconfianza en el verano de 1983 un avión surcoreano había incursionado por error en el espacio aéreo soviético, sin averiguar demasiado Rusia lo derribo encontrando después que se trataba de un vuelo de más de doscientos pasajeros donde para colmo viajaba un congresista estadounidense.
Stanislav Petrov se encontraba a unas horas de acabar su turno en el Serpukhov-15, un centro de operaciones de alerta temprana a las afueras de Moscú. Las alarmas comenzaron a mostrar el indicio de cinco misiles tipo Minuteman con cabezas nucleares lanzados desde territorio enemigo. Yuri Andropov el líder Ruso estaba convencido que el actor y presidente Ronald Reagan tarde o temprano iba lanzar un ataque contra objetivos soviéticos. Los oficiales del centro se pusieron en alerta a la espera de activar los protocolos de rutina en una situación de ataque, solo que la voz que debía alertar a los altos mandos militares era la de Petrov. Difícil decisión, si la alarma resultaba cierta en veinte minutos los misiles impactarían en territorio soviético si la alarma estaba equivocada Petrov pasaría a la historia como el hombre que inicio la tercera guerra mundial.
El director danés Peter Anthony realiza un brillante documental The Man Who Saved the World (2013) sobre el personaje que evito la catástrofe, teniendo a cien subordinados presionando para que activara la defensa, Petrov desconfío de la tecnología y teléfono en mano confío en su instinto, evitando así la última guerra mundial. El director acompaña a un malgenioso Petrov que está harto de las cámaras y periodistas. De sus superiores solo recibió regaños y en este filme se reivindica su rol como héroe anónimo reconocido por actores como Kevin Costner, Robert De Niro entre otros. Les recomiendo el documental que representa un testimonio histórico que describe la tensión de la guerra fría y como los conflictos políticos construyen la otredad para crear “rivalidades” entre civiles que tienen más en común de lo que se imaginan. Para los que vivimos los ochentas nunca nos pasó por la cabeza que durante quince minutos estuvimos a punto de desaparecer en medio de una gran guerra nuclear.
Me gusta la guerra fria lo vere…