Celuloide: Kiss Me First
Por Jesús Ricardo Félix
En medio de las luchas de los actuales candidatos por determinar quién es el más sonorense de todos, como si eso fuera un criterio fiable para determinar cuál resultara más eficiente, si el de Bavispe o el de Sonora ganadora o el que está enamorado hasta al tope del estado. De verdad cuesta trabajo entender que esto no sea parte de un programa de parodia política burlándose de líderes populacheros que se tienen que poner botas y sombrero y aparecer a caballo u ordeñando una vaca para que entonces uno orgulloso de su “Sonorensidad” se identifique con alguno de ellos y le demos nuestro voto. En Youtube incluso circulaba un spot racista argumentando que uno de los candidatos era más chilango que sonorense… A ese punto hemos llegado ¿Y si los mercadólogos, asesores, marketingeros se equivocan y la gente busca votar al menos sonorense de todos? El caso es que no veo evolución en las contiendas ni diferencia entre las campañas electorales y un concurso de secundaria por elegir al adolescente más popular de la escuela. Lo más triste de todo es que los ciudadanos no vemos diferencias en las propuestas porque no las hay, fuera de competir por el que come más carne asada o tortilla de harina, cual maneja un pick up o cual toma Tecate no sabemos por ejemplo cuáles son sus propuestas de seguridad para un estado cada vez más inseguro.
Es por eso que en vez de estarnos deprimiendo con el tema de nuestra clase política pasemos a la recomendación del fin de semana, se trata de Kiss me first una serie británica del 2018 creada por el guionista Bryan Elsley reconocido por series como Skins. La historia está basada en la novela homónima de Lottie Moggach y abordan temas como los problemas emocionales, los videojuegos y la realidad virtual.
Leila es una joven tímida e introvertida que acaba de perder a su mamá después de un largo periodo de un padecimiento crónico. Ocupa reinventarse, adaptarse, involucrarse, abrirse paso en un mundo al que parece no encontrar mucho sentido. Leila encuentra en el mundo virtual de Azana un escape de realidad virtual donde su alter ego Shadowfax puede ser una mujer valiente y atrevida que es reconocida por luchar y abrirse paso de manera hábil en medio de la guerra. Dentro de los remotos límites de Azana surge Tess un personaje que la lleva hasta Red Pill un grupo de jugadores que parecen mantenerse al margen de la competencia, aprovechan el universo virtual para compartir la soledad entre ellos y parecen reunir el mismo perfil, todos están hartos de la realidad. Adrián es el capitán del equipo y su conducta en ocasiones es como la del líder de una secta tipo los davidianos de David Koresh, manipula y utiliza unos collares que permiten a los jugadores experimentar dolor y sensaciones cada vez más reales dentro del universo virtual. Si el tema nos recuerda a series futuristas como Black Mirror no es casualidad, es porque Netflix y el canal 4 están involucrados en la producción de la misma.
Definitivamente recomendable por la calidad de los gráficos de la realidad virtual, hay buenas actuaciones, buena dirección aunque el guion en ocasiones resulta bastante predecible y en largos periodos de tiempo no parece llevar a ningún lado, es como un laberinto que conduce al mismo lugar aunque de forma entretenida. No es una serie para todo tipo de público, creo que a los amantes de la ciencia ficción les va a enganchar, aunque están todos los ingredientes puestos sobre la mesa para hacer un excelente platillo a la hora de cocinarlo solo sabe bien, tal vez falta algo de acción, quizás el drama se recarga demasiado en los talentos de Leila, o el aspecto de los problemas emocionales de los personajes como la depresión, el suicidio, la ansiedad provoca que la serie se torne densa o pesada al digerir.