Celuloide: Bestias, androides y burgueses
Por Jesús Ricardo Félix
Hace unas semanas el doctor Mario Velázquez nos recomendó la serie de ciencia ficción Raised By Wolves producida por Ridley Scott y creada por Aaron Guzikowski. La primera impresión que me dio fue recordar El señor de las moscas del escritor inglés William Golding o acaso El ángel exterminador de Luis Buñuel, ese tipo de historias donde parece que el autor coloca a sus personajes en un laboratorio para observar su comportamiento.
En el caso de Golding explorando el tema del poder y la maldad humana a través de un grupo de niños náufragos en una isla desierta y en lo que corresponde a Buñuel analizando el tema de la voluntad, un grupo de burgueses encerrados van perdiendo los valores que la civilización les inculcó hasta el punto de convertirse en un grupo de salvajes luchando por sobrevivir. Lo valioso de ese tipo de propuestas es que la audiencia misma puede situarse en el contexto de esos personajes y predecir que su comportamiento no sería muy distinto al de los protagonistas cuando son llevados hasta esos extremos.
La atmósfera creada para la serie de Raised By Wolves nos recuerda a películas como Blade Runner, Prometheus y Alien todas inspiradas en el universo Ridley. Es que al igual que Golding y Buñuel, Ridley Scott reúne a un grupo de personajes en su laboratorio: el planeta Kepler-22b.
Los creadores de la serie buscan analizar el tema del hombre en relación a sus dioses y el de los androides en relación a sus propios creadores, luego el choque de intereses e idiosincrasias entre humanos religiosos que se vuelven ateos y androides ateos que se convierten en creyentes. Ya lo preguntaba en su artículo el doctor Velázquez ¿Es posible un mundo sin religiones? Aparentemente no, las relaciones de control social nos llevan a recurrir a las doctrinas con el fin de dictar las reglas de juego. Así varios de los personajes principales se atribuyen el rol de ser elegidos por las deidades para convertirse en reyes o líderes de ese nuevo mundo al que todos aspiran, incluidos los androides. Una de las similitudes entre los androides de Ridley Scott desde los replicantes de Blade runner hasta Madre y Padre pasando por los David 8 de las versiones de Alien más allá del líquido blanco que llevan por sangre es que buscan pasar por humanos, en ocasiones olvidando que son androides y buscando explorar esa característica humana que llaman empatía.
Spoiler alert. Aquí el personaje de Madre está obsesionada con crear ella misma al líder del que será el nuevo mundo ya sea a través de Campion o del propio hijo que ella busca concebir, también hay momentos donde demuestra sentimientos como la ira o el amor cuando recuerda a su creador. Los androides se comportan con sus creadores como los hombres con sus dioses, se dicen programados para lograr un objetivo y están dispuestos a dar sus vidas con tal de lograrlo pero en el fondo parecen esconder necesidades de control o motivos egoístas. Las citas a la civilización romana no solo responden al título de Criado por lobos sino que además nos proporciona la religión que recorre la mente de los hombres como un virus que hay que erradicar: la iglesia Mitraica de origen Persa.
Definitivamente una serie recomendable que no hay que dejar de ver por su historia solida cargada de simbolismo y surrealismo que se ha nutrido a lo largo de los años por el universo Ridley. La única actuación que pienso que pudo ser mejor es la de Travis Fimmel el actor que protagonizó la serie de Vikingos en realidad parece que le cambiaron el vestuario y le dijeron haz lo mismo que en tu personaje anterior. Por el contrario el personaje de Madre interpretado por la actriz Amanda Collin es brillante. Nuestra sociedad con sus tradiciones y rituales nos hace olvidar que somos la bestia del señor de las moscas, el burgués devenido en salvaje del ángel exterminador y los incrédulos sobrevivientes que buscan colonizar el hostil planeta Kepler-22b.