Celuloide: Van Gogh y la danza del venado
Por Jesús Ricardo Félix
En el desierto de Sonora los burócratas sueñan con ser artistas y ser alabados por el pueblo desde sus oficinas con aire acondicionado donde se entregan en cuerpo y alma al beneficio del arte. El jurado invitado rechaza la publicación de tu material porque no incluiste la danza del venado o evitas mencionar la palabra desierto u olvidaste hacer referencia al buen Abigael y después de todo ¿El que culpa tiene?
En el desierto de Sonora los artistas sueñan con ser burócratas y desde las entrañas de la bestia cambiar la inercia de las cosas como lo hizo una tal Ana Guevara con el deporte (subrayo el tono de sarcasmo). La verdad es que los dioses del karma envían al norte de México a los artistas que pecaron de arrogantes en su otra vida a ver si aprenden una lección de humildad ¡Perdónanos Ganesha! Así más o menos lo pensó mi amigo Vicente Van Gogh cuando no podía vender sus pinturas por ahí del siglo XIX en las galerías europeas. Dios me dio el don para pintar pero soy pintor de un público que no ha nacido… tal vez a Chente lo enviaron a la región y a la época equivocada, se sentía un alienado, un exiliado en su propio pueblo.
Por ello esta semana hablaremos sobre At Eternity’s Gate película del 2018 dirigida por Julian Schnabel un realizador judío que ha sido premiado como mejor director en el festival de Cannes. La película está protagonizada por el versátil actor Willem Dafoe, Dafoe ha trabajado con directores de la talla de Martin Scorsese, Oliver Stone, David Lynch, Wim Wenders, Lars Von Trier, etcétera. Ha pasado de ser Jesús, al duende verde, a un traficante de drogas, a un vampiro, a un soldado, a un detective privado. En esta película interpreta a un atormentado Vincent tratando de convertirse en artista en un mundo que no lo entiende ni le interesa entenderlo. Es un filme que el mismo director reconoció que está lleno de “teorías personales” sobre los acontecimientos principales en la vida del pintor neerlandés. Hemos escuchado hablar sobre su relación con Theo, como el hermano lo apoyaba y lo tranquilizaba, también del periodo que convivio con Paul Gauguin. Vicente ve en Gauguin un colega que lo admira y del cual recibe el reconocimiento tan anhelado, ambos comienzan a intercambiar ideas y a revolucionar sus trazos para sacudir los círculos dominantes del arte europeo de la época. Nadie puede asegurar que motivo al buen Chente a arrancarse la oreja y regalársela a una supuesta prostituta para llevársela a su amigo Paul. Junto a Schnabel podemos especular que si fue la absenta o la esquizofrenia o la frustración de perder la compañía del único espíritu salvaje que ardía por dentro con la misma intensidad que él.
Vincent siempre viajando para tratar de encontrar algo más allá de los límites de su lienzo ¿buscaba nuevas visiones para pintar o se buscaba a sí mismo? Schnabel describe un Van Gogh solitario, angustiado, frágil, sensible, rechazado, enfermo pero a la vez terco, convencido de su misión con la trascendencia del arte.
Definitivamente recomendable para aquellos que no busquen demasiado ritmo o acción, los de Schnabel son planos largos, silenciosos y hasta experimentales. El director se dedicó a expresar su propia versión, buscar los paisajes que encuentra dentro de las pinturas de Van Gogh, extrae los rostros plasmados dentro de la pintura y les da movimiento. El papel principal no lo tiene Dafoe, ni Van Gogh, ni la pequeña aparición del actor Mads Mikkelsen como conciencia del pintor, la protagonista de la película vendría siendo la fotografía. Por cierto, el último secreto que guarda Schanbel en su película se refiere al misterioso suicidio del pintor no puedo aventar spoilers pero sí que los va a remontar al viejo oeste.