La perinola: El pensamiento burdo






Por Álex Ramírez-Arballo
Frente al pensamiento de la masa, la sutileza, la apreciación del detalle, la vocación por interpretar con prudencia lo que apreciamos con nuestros sentidos. Es lo que toca. El ser humano que somos tú y yo quiere comprender el mundo que habita, pero la realidad es tan aplastante que en muchas ocasiones se siente víctima de un vértigo incurable que lo constriñe y condena. El reconocimiento de esta derrota no puede ser sino un acto de honestidad radical que todos debemos aplaudir. No hay seres humanos más despreciables que aquellos que creen haberlo comprendido todo. Por desgracia, en tiempos como estos, enfermos de populismo y demagogia, esta plaga abunda.
Todo lo saben, todo lo comprenden, saben cómo llegar siempre a buen puerto. Claro está que esto es una falacia de la que ellos mismos están convencidos, pero nada más; el problema es que esta locura masificada ha terminado por permear el universo de las élites dirigentes, contaminando con estos virus un espacio que debería permanecer enteramente aséptico; estoy viendo y escuchando a mi edad cosas que jamás hubiera imaginado. Los presidentes abandonando las formas para comportarse como macacos desaliñados expulsando inmundicias populares todas las mañanas (como el presidente de México), una auténtica tragedia para todo un país. Los mexicanos del futuro se preguntarán cómo fue posible que millones de sus compatriotas del pasado hubieran elegido a un tarambana de semejante catadura. Hay lecciones que nunca terminamos por aprender.
La torpeza no podrá ser nunca reina. El camino hacia un mundo más justo, es decir, más eficiente y eficaz, pasa necesariamente por la sofisticación, la que está al alcance de una minoría solidaria con una visión trascendente del mundo. La democracia supone un estamento gerencial capaz de gestionar con racionalidad y sensibilidad los delicados asuntos del Estado. Suponer que la administración del porvenir debe dejarse en manos de la popularidad es pecar de miope o, en su defecto, ser una criatura perversa con aspiraciones de poder.
El pensamiento burdo avanza hoy a galope franco y es menester hacerle frente. La construcción y el sostenimiento de un mundo libre y próspero supone librar estas batallas contra los demonios de siempre, la misma jauría de ensimismamiento, enfermedad y muerte. No es posible, a esta hora de la historia y en este mundo, voltear para otro lado mientras los nuevos bárbaros prenden fuego a las catedrales y se defecan en todos los frutos de la sofisticación que hemos podido crear durante los portentosos siglos de nuestra cultura occidental.
Álex Ramírez-Arballo. Doctor en literaturas hispánicas. Profesor de lengua y literatura en la Penn State University. Escritor, mentor y conferenciante. Amante del documental y de todas las formas de la no ficción. Blogger, vlogger y podcaster. www.alexramirezblog.com





