Celuloide: La crónica francesa
Por Jesús Ricardo Félix
Para los organismos internacionales México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo. Nada más desde el 2006 a la fecha se han contabilizado alrededor de 148 asesinatos contra trabajadores de la prensa que ponen sus vidas en riesgo con tal de ejercer su oficio de comunicadores. Según las cifras durante el 2021 cuarenta y cinco trabajadores de medios de comunicación fueron asesinados en el mundo mientras ejercían su labor, entre estos nueve ocurrieron en México. La libertad de expresión que nos pregonan los derechos humanos, la libertad de prensa está condicionada por la corrupción política y los grupos criminales que censuran aquella información que afecta sus intereses. No podemos dejar de lado el periodismo “tendencioso” que adopta una determinada trinchera política, ciertos periódicos o televisoras que defienden los intereses de tal o cual partido. Pero tampoco podemos generalizar, caer en el discurso de las fake news cuando la prensa describa una realidad que resulte incómoda para los líderes que nos gobiernan. Los gobernantes a veces intentan contrarrestar la versión de la prensa disminuyendo su credibilidad, cuestionando sus fuentes, acusándolos de vendidos y ese ataque se traduce en mayores riesgos para los que se dedican al periodismo. Es por eso que en esta ocasión hablaremos de La crónica francesa.
La crónica francesa es una película estadounidense del 2021 dirigida por el realizador Wes Anderson. Ya habíamos oído hablar sobre Anderson y su Fantástico Mr. Fox, The Royal Tenenbaums y El Gran Hotel Budapest. Para los que conocen el trabajo del director podrán notar un estilo bastante definido en su filmografía. Una simetría que coquetea con la perspectiva de Stanley Kubrick, colores pastel que se convierten de pronto en blanco y negro, personajes excéntricos amontonados que recuerdan a Fellini, un ritmo muy particular que acelera y desacelera según convenga al desarrollo de la historia, etcétera.
En La crónica francesa nos cuentan la historia de un editor estadounidense ficticio quien encabeza un periódico ficticio ubicado en la ciudad ficticia de Ennui-sur-Blasé. Este personaje del editor es interpretado por el genial Bill Murray. La película se divide en tres historias que resumo a continuación:
En la primera Benicio del Toro interpreta al trastornado artista Moses Rosenthaler quien cumple una condena por asesinato. Cadazio quien es interpretado por Adrien Brody descubre el potencial económico del genio de Rosenthaler y lo comienza a promover entre las principales galerías de arte. La actriz Léa Seydoux interpreta a la misteriosa Simone la musa y carcelera de Rosenthaler quien parece dirigir en secreto la carrera y vida del artista.
En revisiones de un Manifiesto Frances McDormand interpreta a la escritora Lucinda que se ve inmiscuida en las protestas de ocupación estudiantil de mayo de 1968 en Francia, movimiento que fue extendido a distintas partes del mundo. Lucinda corrige la redacción del manifiesto de un joven intelectual quien resulta ser algo ingenuo como protagonista de un movimiento que rebasa su entendimiento.
El comedor privado del comisionado de policía trata sobre un crítico de comida recordando un artículo acerca de un chef que trabaja para un comisionado de policía. En medio de la cena su hijo Gigi es secuestrado y el cuerpo policiaco trata de rescatarlo.
Definitivamente recomendable, con una “atmosfera europea” a lo Wes Anderson quien mezcla drama, comedia, realismo con una narrativa ágil e irónica que por momentos se convierte en una animación. Los personajes son igualmente excéntricos que caricaturizados como salidos de un comic. La película de Anderson no es una defensa a favor de la libertad de expresión pero uno se llega a preguntar porque sobreviven periódicos de espectáculos, amarillistas o superficiales y se extinguen los que cuentan con grandes escritores e historias.