Celuloide: Las poquianchis
Por Jesús Ricardo Félix
Hay muchos mexicos dentro de un mismo México por ejemplo está el México de los cholos, de los cheros, los rockeros, los neohippies. También está el México de los intelectuales, los hípsters, los emos, los darks, los fresas y buchones. También están las comunidades indígenas, esas que vemos en los libros de texto de la SEP pero que en la vida real suelen ser invisibles. Las etnias con sus diferentes formas de pensar, de actuar y entender la vida dentro de un mismo territorio.
Están aquellos que piensan que podemos emerger como un país de primer mundo recortando el presupuesto a la ciencia, tecnología y las artes. También están lo que defienden los errores del presente porque antes también se cometían y nadie decía nada. Están los que piensan que el campo debe ser la puerta de entrada al desarrollo pero el problema agrario tiene su raíz en la época colonial. Los conquistadores y colonos acumulaban grandes extensiones de territorio. Los indígenas eran los encargados de trabajar la tierra en condiciones casi de esclavitud para dar lugar a la guerra de independencia. Luego una reforma agraria por ahí y una reforma agraria por allá algo de ineptitud, corrupción, más de medio siglo, soluciones a corto plazo y arribamos al presente. Uno de los principales problemas es como sugirió el doctor Mario Velázquez ponerle parches a la herida ignorando la ciencia y la tecnología que requieren de procesos a largo plazo que no se reflejarían en el sexenio en turno. Es por eso que en está patriótica sección del Celuloide hablaremos sobre la perturbadora: Las poquianchis.
La película de Las poquianchis filmada en 1976 nos habla de ese México que los gobiernos prefieren mantener oculto bajo la alfombra pero que existen o han existido a lo largo del territorio. Las poquianchis está dirigida por Felipe Cazals, Cazals fue un director, escritor y productor mexicano ganador de diferentes festivales internacionales por películas como: Los motivos de Luz. En ese año de 1976 filmaría la trilogía de películas por las cual llegaría a ser más reconocido: Canoa, El apando y Las poquianchis.
Las poquianchis es un filme basado en hechos reales, en el caso de las hermanas González Valenzuela que administraban una red de prostitución en Guanajuato. Para tratar de armar el rompecabezas Cazals nos introduce con el hallazgo de cadáveres semienterrados de mujeres desaparecidas. La prensa se confunde entre los elementos policiacos para tratar de entrevistar a las víctimas y sus agresores. El principal problema es que nadie sabe diferenciar entre la mente criminal, sus cómplices, las víctimas y los homicidas. Todo está enredado y las autoridades que antes habían sido corrompidas por el burdel ahora deben juzgar a las hermanas como las principales “villanas” de la historia. Se dice que Las poquianchis además de raptar a mujeres para prostituirlas, asesinaban a las que no les resultaban útiles para el negocio, también a algunos de los hijos recién nacidos, hasta algunos de sus clientes. Se calcula que cometieron más de cien asesinatos durante su reinado de esclavitud.
Definitivamente recomendable, Felipe Cazals no solo retrata las escenas de lo que puedo haber ocurrido dentro de la red de Las poquianchis sino también la historia alterna de los campesinos que luchaban por recuperar sus tierras. Como la pobreza es la maquiladora de la prostitución el director nos retrata las condiciones de vida en las que se tejió el triste capítulo de las hermanas González. Si buscan ejemplos de cómo el cuerpo se puede llegar a transformar en mercancía tienen que ver está joya del cine mexicano.