La perinola: La necesidad de estudiarnos a nosotros mismos






Por Álex Ramírez-Arballo
¿Dónde estás ahora mismo? ¿Dónde te encuentras en la vida? Se trata de dos preguntas que en realidad son una, una que tiene que ver con el sentido de los que somos, de lo que vamos siendo. Una persona que no es auotorreflexiva es alguien que pierde el tiempo porque nunca ha sido verdaderamente dueña de él; es alguien que es más una criatura que un ser humano, alguien que va a la deriva por las corrientes de los días. Este proceso de autorreflexividad del que hablo es muy complejo para ser tratado aquí por mí, que además no soy un experto en la materia, pero digamos que es eso que comúnmente llamamos conciencia. De esta manera, una persona que no piensa en sí mismo, en las cosas que hace o deja de hacer, es un inconsciente.
En mi vida he conocido a muchas personas (tiendo a creer que demasiadas) con un enorme talento, pero sin la capacidad de dirigirlo hacia una serie de acciones auténticamente productivas y transformadoras; se trata de personas que usan sus talentos más para entretenerse que para otra cosa. Combaten el tedio con una larga cadena de ocurrencias más o menos vistosas. Un auténtico crimen. Lo primero que una persona debería hacer (y en esto la edad importa muy poco) es conocer de verdad cuáles son sus talentos, después pulirlos y trabajarlos y, por último, ponerlos al servicio de un proyecto personal que envuelva las cuatro áreas de la persona: el ser (logos) , el cuerpo (soma), los medios (oikonomía) y la comunidad (agape). Estas simples palabras abarcan todo un proyecto de vida con sentido capaz de transformar a la persona y a su entorno, creando personalidades fuertes y seguras, al mismo tiempo que consolidando comunidades locales, regionales y nacionales más prósperas. Este es el tamaño de la conciencia en nuestras vidas. Nunca me cansaré de decirlo, toda revolución es esencialmente mental/espiritual. No se transformarán mundos si antes no se edifican conciencias sólidas y generosas capaces de entender el juego de la vida.
Por eso comencé preguntando, porque es la pregunta el mecanismo que nos abre los ojos. Vivimos como dormidos en el líquido amniótico de lo cotidiano, de los espacios conocidos en los que no encontramos peligro alguno y creemos que garantizarán nuestra pervivencia, aunque sea pagando el precio de una grisura dolorosa que debería avergonzarnos a todos.
Álex Ramírez-Arballo. Doctor en literaturas hispánicas. Profesor de lengua y literatura en la Penn State University. Escritor, mentor y conferenciante. Amante del documental y de todas las formas de la no ficción. Blogger, vlogger y podcaster. www.alexramirezblog.com





