Celuloide: El juego de la fortuna






Por Jesús Ricardo Félix
Son tiempos de crisis para el futbol mexicano, en vez de trabajar en un cambio para mejorar la liga y así impactar el representativo nacional, se maquillan las cifras y se cambian los nombres de los entrenadores. La estructura sigue basada en la mediocridad y deportes como el béisbol le han robado protagonismo. Los representativos del equipo de béisbol como Randy Arozarena, Luis Urías, Álex Verdugo, entre otros, demostraron que podían competir de tú a tú con los mejores equipos del mundo, como pueden ser Japón o los Estados Unidos. Mientras los directivos del futbol le siguen dando atole con el dedo a la afición deportes como el béisbol, las artes marciales, el box, levantan la mano y demuestran cómo se representa a un país dignamente. Por otro lado, la temporada del béisbol de las grandes ligas ha comenzado con algunos cambios sustanciales. Ahora hay un reloj que reduce el tiempo de lanzamiento para el pitcher y que obliga al bateador a meterse a la caja de bateo con menos segundos. Esto con el fin de reducir la duración de los juegos, también el tamaño de las bases reduce el espacio y pretende fomentar los robos, ya que el lanzador solo puede revirar un par de veces, etcétera. Es en nombre del rey de los deportes que en esta semana en El Celuloide hablaremos de la película El juego de la fortuna (2011).
Moneyball, por su nombre en inglés, es una película norteamericana dirigida por Bennett Miller. Miller es un realizador de una moderada carrera que ha trabajado en películas como Capote (2005) o Foxcatcher (2014). El juego de la fortuna está inspirada en el método utilizado por el ex beisbolista Billy Beane para reclutar jugadores de bajo perfil con un alto rendimiento. Para ello el ejecutivo, con apoyo de su asistente, se basó en el método de la estadística para armar un equipo con nomina modesta y hacerlo competitivo.
Los Yankees de Nueva York habían eliminado a los Atléticos de Oakland en la serie de postemporada del 2001. Brad Pitt interpreta a un Billy Bean cansado de que los equipos ricos le pasen por encima a los de bajo presupuesto. Es así como conoce al economista Peter Brand, interpretado por el actor Jonah Hill. Peter le explica a Billy como el análisis de la estadística puede arrojar datos contundentes sobre el potencial rendimiento de un jugador de bajo perfil. Por ejemplo jugadores que no tienen un alto promedio de bateo pero si un alto número de bases por bola que les da oportunidad de anotar. Al ver desfilar a sus mejores jugadores a los equipos ricos el ejecutivo decide aplicar el innovador método con la ayuda de su asistente. Para ello debe enfrentarse al entrenador Art Howe, personificado por el gran Philip Seymour Hoffman.
A pesar de la actuación plana de Brad Pitt, El juego de la fortuna, es una película definitivamente recomendable. En ella los amantes del béisbol podrán echar una mirada al método que llevó a los medias rojas de Boston a terminar con la maldición del gran bambino. También observamos como el criterio de los equipos para contratar o no a un jugador tenía que ver con temas personales o hasta raciales. Billy Bean en su intento por introducir un método científico para el juego de pelota se encontró con algunos adversarios que le pusieron piedras en el camino. Pero a fin de cuentas llegó a demostrar que bajo su enfoque un equipo de escaso presupuesto podía competir con los grandes monopolios del juego de pelota.





