jueves, noviembre 21, 2024
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Celuloide: Barry

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Por Jesús Ricardo Félix
Jesús Ricardo FélixA lo largo de su historia la literatura, el cine y la televisión se han nutrido de la exploración psicológica de las mentes criminales, en El Perfecto Asesino, de Luc Besson vemos como el sicario interpretado por Jean Reno, hace lo posible por salvar a una niña desconocida, personificada por Natalie Portman. En la galardonada serie de Los Soprano, nos atrapaba la ambigüedad de Tony Soprano, por un lado podía jugar el rol de jefe de la mafia más poderosa, y por otro el de un padre de familia blandengue, manipulado por los hijos y su esposa Carmela. En el filme clásico La naranja mecánica, Stanley Kubrick nos lleva a empatizar con la mente criminal de Alex DeLarge. Por un lado vemos como de una manera fría e irracional se deleita con la violencia que ejerce con ayuda de su pandilla, y por otro como se entrega al arte con la música de Beethoven. En suma creo que a la audiencia promedio se siente atraída al explorar la ambigüedad de la mente criminal retratada en las obras de ficción, tal vez porque se percibe como inhumano algo que representa la esencia misma de la humanidad: nuestra naturaleza ambigua. Es por eso que en está ocasión hablaremos sobre la serie Barry.

Barry es un programa de televisión norteamericano, estrenado en el año del 2018. La serie fue creada por Alec Berg y el actor Bill Hader. La producción gira alrededor del personaje Barry Berkman, un ex marine que se convierte en mercenario o sicario, que empieza a dudar de la naturaleza de su profesión. El asesino a sueldo es sub contratado por la madia Chechena, por lo que viaja a la ciudad de Los Ángeles con la intención de acabar con la vida de un aspirante a actor. Con el objetivo de estudiar a su blanco, el mercenario se acerca a un taller de actuación en donde comienza a descubrir algunas técnicas teatrales que llaman su atención. Su maestro y compañeros de taller le convencen de su potencial, por lo que va dejando descubrir su lado humano de manera paulatina. Su historial como criminal comienza a inmiscuirse con su nueva pasión, por lo que Barry se encuentra atrapado entre los códigos de dos mundos que chocan entre sí, con él en medio.

La serie de Barry es definitivamente recomendable. Primero, porque se basa en un guion interesante poco predecible, que mezcla escenas de humor negro con acción y drama. Segundo, porque se sostiene en un grupo de actores sobresalientes, como Bill Hader, Henry Winkler (como el maestro de teatro) y la actriz Sarah Goldberg, como Sally la aspirante a actriz.

Por momentos Bill Hader nos recuerda a Hughie, el personaje interpretado por Jack Quaid, en la serie The Boys. Ambos personajes se encuentran atrapados entre dos mundos, a los que sienten que pertenecen o quieren pertenecer. Barry es al mismo tiempo una especie de Breaking Bad a la inversa, en vez de Walter, el profesor quien representa a un hombre común que se convierte en criminal, tenemos a un criminal sin escrúpulos, reencontrando su humanidad a través del arte, explorando sus más profundas emociones.

No es una serie que vaya a atrapar a todo tipo de audiencia, para empezar porque en ocasiones se olvida de la acción y se centra demasiado en el drama, luego porque a lo largo de la serie, hay constantes referencias a películas como pueden ser True romance, La duda o Dogville por citar algunas.

La mezcla de violencia con humor e ironía que critica a la industria y sus personajes, recuerdan el estilo de directores como los hermanos Coen o un joven Martin Scorsese.

En conclusión, Barry es una serie que parece cine, y no cualquier tipo de cine, parece cine de autor. Tendríamos que comenzar a clasificar algunas producciones como Barry bajo la categoría de series de autor.

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