viernes, noviembre 22, 2024
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Celuloide: La sociedad de la nieve

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Por Jesús Ricardo Félix
Jesús Ricardo FélixVictor Frankl, fue un psiquiatra y filósofo austriaco que narró sus experiencias dentro de un campo de concentración, en su famoso libro El hombre en busca de su sentido. En uno de sus pasajes describe como en una ocasión se le ordenó transportar un cadáver por donde se situaban unas escaleras. Al ir descendiendo el autor describía como, de manera descuidada, ignoraba el sonido del cráneo al golpetear al bajar cada escalón. Después refería como su mente ignoraba el tema del respeto por los difuntos, pues iba enfocado en la necesidad de conseguir nuevo calzado, se preguntaba si los zapatos de madera (del cadáver) le quedarían o no a sus pies. Con esta anécdota el autor pretendía ubicar el punto exacto donde él se percató de que había ingresado a un estado de “deshumanización”, como parte de su lucha por la supervivencia. En el libro Frankl nos explica como, cuando el hombre enfrenta condiciones adversas, no puede sobrevivir si no mira hacia el futuro. Puede experimentar dolor, hambre, sed, las inclemencias del clima en el ahora, pero si su pensamiento se centra en la necesidad de reencontrarse con sus seres queridos, puede hallar el sentido de su existencia y lograr sobrevivir. Es por eso que en esta semana en El Celuloide hablaremos sobre la película La sociedad de la nieve.

La sociedad de la nieve es una película española, dirigida por Juan Antonio Bayona. Bayona es un director español que inició su carrera produciendo videoclips y comerciales para la televisión. Ha dirigido películas tales como Orfanato, Un monstruo viene a verme y Jurassic World: el reino caído. La sociedad de la nieve está basada en el libro homónimo del autor Pablo Vierci, quien fue compañero de uno de los sobrevivientes del accidente de Los Andes.

En México se conocía acerca de la historia de los supervivientes de los Andes, por la versión del director René Cardona de 1976, protagonizada por Hugo Stigliz. Fue una película que no alcanzó a retratar ni de cerca la dimensión de la tragedia, por lo que fue muy criticada en su momento. Sin embargo, gracias a ese filme fallido, algunos nos familiarizamos, aunque sea de manera distorsionada, acerca de la historia de los supervivientes de los Andes.

Bayona por su parte, parece no requerir de protagonismos, en su película el grupo es “el actor principal”, si acaso se puede hablar de un protagonista, este sería Numa Turcatti. Se dice que el personaje no formaba parte del equipo, era algo ajeno al grupo que viajaba en aquel avión, pero al mismo tiempo fue pieza clave en algunas de las expediciones que se organizaron como parte de su plan de supervivencia. La película atraviesa por varias etapas que pretenden retratar con fidelidad la experiencia de los protagonistas; en la primera parte somos testigos de un Uruguay en medio de protestas ante el autoritarismo de los gobiernos de inicio de los setentas, aun así nuestros personajes se las arreglan para ser felices, los sueños de la juventud son más grandes que cualquier dictadura.

Después el director nos acerca a una sociedad donde los códigos y parámetros de conducta se resignifican. A pesar de que la religión y la sociedad de la que son originarios les dictan patrones de normalidad muy distintos, en ese territorio inhóspito que se ha vuelto su casa, La sociedad de la nieve debe reinventarse. Para empezar, la muerte cobra otro significado, ellos no pueden permitirse quebrarse emocionalmente con cada muerte, pues no podrían mantener la cordura necesaria para afrontar su nueva realidad.

No sé si recuerdan aquella famosa escena de la película La fiebre del oro, de Charles Chaplin, donde el personaje atrapado en medio de la nieve decide comerse uno de sus zapatos. Los sobrevivientes de Los Andes lo intentaron en vano, incluido el cuero con el que se recubrían algunas de las maletas. Las medidas drásticas que debían tomar para sobrevivir pasaban a segundo término, cuando se imaginaban de nuevo abrazando a sus seres queridos, su mirada estaba en el futuro, al igual que Víctor Frankl, el dolor, el hambre, la muerte a su alrededor pasaban a ser una cuestión menor ante su anhelo.

La sociedad de la nieve es definitivamente recomendable, me atrevo a decir que es la mejor película hasta ahora de Bayona, si no fuera porque se trata de una película hablada al español, podría competir por las categorías de Óscar a mejor guion o mejor actuación. El director se da a la tarea de realizar pequeños homenajes a algunos de los sobrevivientes con algunos cameos: el verdadero Fernando ‘Nando’ Parrado le abre la puerta a los personajes de su mamá y hermana en el aeropuerto. Roberto Canessa revisa como médico al personaje de Roberto Canessa en un mágico encuentro consigo mismo. Carlitos Páez Rodríguez, interpreta en la película a su propio padre, Carlos Páez Vilaró. Es quien aparece leyendo la lista de los supervivientes.

Para finalizar destacó una de las mejores frases dentro del filme, que parece salida de la pluma de algún guionista, pero que fue escrita por el mismo Numa Turcatti: no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos.

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