Celuloide: Deadpool 3: Wolverine
Por Jesús Ricardo Félix
Deadpool 3: Wolverine es una película norteamericana de superhéroes basada en Marvel comics. La película fue producida por Marvel bajo la distribución y el visto bueno de un Disney, que a su vez absorbió a los estudios de 20th Century Fox, tema que se aborda de manera reiterativa dentro de la narrativa del filme. La película es dirigida por el canadiense Shawn Levy, quien ha llevado a la pantalla filmes como Cheaper by the dozen (2003), La pantera rosa (2006) y las varias versiones de A Night at the Museum. A juzgar por su trayectoria Levy suele moverse bien en el género de la comedia, donde usualmente mezcla temas emotivos relacionados con la familia o la amistad. El canadiense suele crear buena química entre los miembros del elenco, para así tratar de sacar lo mejor de ellos. Es por eso que en este fin de semana hablaremos de la película Deadpool 3: Wolverine.
Deadpool 3: Wolverine esta recargada en las actuaciones de un Ryan Reynolds dando vida a Deadpool, y Hugh Jackman que interpreta a Wolverine. La película nos ubica en el mundo de un Deadpool jubilado, que se ha retirado de la vida de superhéroe, ha terminado la relación con su novia y se dedica a vender autos usados. Digamos que la trama se une a la lista de películas que recurren al tema del multiverso para dar forma a su historia. Esto facilita la tarea a los escritores para unir o dar vida a personajes que, en otras películas ya habían sido sepultados. También ofrece la libertad creativa de jugar con diferentes versiones de los personajes, que nos recuerdan a fórmulas exitosas como Rick And Morty. Deadpool se ve obligado a buscar a Logan para tratar de salvar el mundo de sus seres queridos, al mismo tiempo que intenta reivindicarse como superhéroe.
Wolverine a su vez luce como un superhéroe cansado, que está buscando reconciliarse con su pasado y la aparición de Wade, explicando la posibilidad de abrir líneas en el tiempo para manipularlo, le da al personaje una esperanza de reconstruir su vida.
La misión de Reynolds con Deadpool es darle el toque cómico a la película, este personaje está rompiendo la pared constantemente, manejando un humor lleno de sarcasmo y que hace referencia al universo de los cómics. Si la audiencia no está muy empapada en el tema, ese humor no le hará mucho sentido. Jackman por su parte, ofrece la parte ruda con Wolverine, que choca frecuentemente con la personalidad de Deadpool. Con la clasificación R los productores ofrecen retratos más oscuros de los personajes, que atraen a todo tipo de audiencia, aunque en ocasiones la violencia y el lenguaje rebasan los límites de lo políticamente correcto.
Deadpool 3: Wolverine es definitivamente recomendable, la producción cumple con sus objetivos de revivir la franquicia, con escenas de acción bien coreografiadas, bajo una atmósfera ochentera, que recurre a artistas como Madonna para darle el toque nostálgico al desenlace. Algunas de sus debilidades pueden ser que, el tipo de humor puede ser demasiado “adolescente” o “inmaduro” para algunos espectadores, o que simplemente no se tienen las referencias para entender lo que los personajes están queriendo decir. Que a veces, por abrir tantas líneas dramáticas entre personajes, no se alcanzan a cerrar o aprovechar algunas (como es el caso de Logan con Laura). O que de tanto romper la cuarta pared y tratar de jugar con la combinación de humor y acción, no siempre se obtiene un resultado adecuado en el aspecto del ritmo.