Celuloide: Joker, Folie à Deux
Por Jesús Ricardo Félix
El director Todd Phillips es recordado por comedias de corte comercial como The Hangover aunque en los últimos años se ha caracterizado por mezclar géneros con buenos dividendos. En su película del Joker, por ejemplo, se dice que rindió homenaje al realizador Martin Scorsese. Al inicio se pensaba que se trataba de Taxi driver (1976), pero después nos dimos cuenta que tenía que ver más con El rey de la comedia (1982). Arthur Fleck no era ese Travis Bickle que maneja su taxi por las noches pensando que todavía está pelando en la guerra de Vietnam, sino más bien un Rupert Pupkin buscando la oportunidad para hacer reír al mundo. Philips mezcla drama con algo de acción, comedia, cine noir y después regresa a la comedia. Al cineasta estadounidense le gusta explorar la psicología del personaje de cerca, ya en la primera entrega de Joker humanizaba al villano de Batman. Se trataba de un tipo llamado Arthur Fleck, que se maquillaba como Joker, se reía como el Joker, vivía en ciudad gótica, pero para Philips no era necesariamente el Joker. Es por eso que en esta semana hablaremos sobre Joker: Folie à Deux.
Joker: Folie à Deux es una película norteamericana estrenada en octubre del presente año. La película es protagonizada por Joaquin Phoenix y Lady Gaga. En esta ocasión, Arthur Fleck se encuentra recluido en el hospital de Arkham, tratando de luchar contra su inestabilidad mental, mientras espera el juicio por sus crímenes. De pronto el personaje queda impresionado con una tal Harleen “Lee” Quinzel, quien realiza sesiones de musicoterapia dentro de las instalaciones.
Primero que nada, hay que reconocer que la expectativa a partir del éxito de la primera parte, tanto en el aspecto taquillero como artístico, era bastante alta. Todd Phillips había sido criticado por no complacer a los fanáticos de los comics, incluso por mezclar cine con atmósfera de los setentas, aprovechándose de la popularidad del villano. Si la primera parte había sido un experimento que combinaba géneros y humanizaba al Joker ¿Por qué no experimentar, humanizar y mezclar géneros en la segunda?
El hecho de convertir la secuela en un musical no es el problema, de hecho algunas de las mejores escenas del filme ocurren durante la interpretación de algunas canciones. Como mezcla realidad con fantasía no es una narración lineal, por lo que permite explorar el surrealismo onírico del universo interno del personaje. Una de las fortalezas principales de la primera parte era la exploración de la psicología del Joker, en la secuela eso ya nos parece un poco redundante. Por otro lado, parece como si Philips se sintiera culpable por convertir en ídolo al asesino, y en la secuela quisiera enfocarse en despojar a Fleck de su máscara de Joker para salir con la ocurrencia de que el Joker somos todos.
Joker: Folie à Deux es definitivamente poco recomendable. Su defecto principal desde mi punto de vista, es que nunca logra deslindarse de la primera, todas las escenas y personajes están haciendo referencia constante a lo que ocurrió en la anterior versión. Que si los crímenes de Fleck, que si era diabólico o solo estaba enfermo, que si debemos empatizar o despreciar al personaje. Puede ser que Philips se perdiera en la mezcla de géneros entre el drama, el musical, la comedia o el cine noir, que solo sobrevuela pero no alcanza a aterrizar en alguno de ellos. La química entre Gaga y Phoenix es aceptable, aunque se insiste en que el personaje masculino se vuelva pequeño al lado del personaje de Gaga, que nunca termina de justificar su existencia. ¿Para qué llamarle Harleen “Lee” Quinzel? Si no quieren entrar a la lógica del universo de los comics; para que enfocarse en un personaje que se maquillaba como Joker, se reía como el Joker, vivía en ciudad gótica pero no era el Joker. Última pregunta ¿Era necesario jugar tanto con el humo de cigarro?
