Celuloide: Gladiador 2
Por Jesús Ricardo Félix
Si damos una hojeada a la filmografía de Ridley Scott reconoceríamos clásicos como los de Blade Runner, Alien, Thelma y Louise y en épocas más recientes Gladiador. Últimamente al director le ha dado por jugar con los hechos históricos en El último duelo (2021), nos llevó a la Francia del siglo XIV, invirtiendo más de cien millones que no llegaron a recaudar ni la mitad del presupuesto ¿podemos culpar a la audiencia por no sentirse atraída por las aventuras medievales? ¿La pandemia ahuyentó a la taquilla? ¿Los jóvenes de hoy no se sienten atraídos por la historia? Después en el 2023 intento vender un retrato de Napoleón muy anglosajón, invirtiendo alrededor de doscientos millones sin lograr recuperar si quiera la inversión. Fue criticado por pasarse por el arco del triunfo hechos históricos cruciales, o ignorar la psicología del personaje, por añadir al melodrama napoleónico, argumentando que no es su labor dar lecciones de historia. Es bajo ese contexto que, en este fin de semana analizamos la película Gladiador 2 de Ridley Scott.
Gladiador 2 es una película histórica de acción y drama épico dirigida por Ridley Scott, estrenada el catorce de noviembre del presente año. Veinticuatro años después de la primera versión, Scott nos regresa al imperio Romano, para tratar de contarnos una nueva historia sobre gladiadores. El protagonista ya no es Máximo, ahora se llama Lucio, un refugiado interpretado por Paul Mescal. El general Marco Acacio, que interpreta Pedo Pascal, ha extendido el imperio hasta Numidia para sus emperadores gemelos Geta y Caracalla. Los guionistas juegan un poco con la historia, pero como acostumbra Scott, sabemos que no nos está dando lecciones por lo tanto no busquen mucha precisión. La maldad es encarnada por Denzel Washington, quien le da vida a Macrino, un traficante de armas que goza de los beneficios del imperio.
De entrada podemos decir a favor de Scott, que después de producir el original Gladiador, las expectativas del público son altas, sabe que le vamos exigir mínimo respetar la primera versión y no acabar con ella como lo hacen tantas secuelas. De pronto parece una película que nos habla sobre la lucha por el poder en medio del imperio, no sabemos si las guerras internas de Trump y sus seguidores en contra de los demócratas inspiraron a los guionistas a revivir el debate. El imperio romano era conocido por su extensión territorial y la inclusión de las culturas sometidas dentro de sus sociedades, ocupando roles de esclavismo y servidumbre, aunque convertirse en gladiador en una de las formas de lograr ser reconocido como un ciudadano. En ese sentido tenemos todos los elementos para convertir al Gladiador 2 en un dilema Shakesperiano, y observar como en el rey Lear, que todos se dan en la torre en busca del poder. Eso no ocurre, pues se insiste en permanecer fiel a la versión original, y parece que lo único que cambia son los nombres de los actores, pues pareciera una especie de homenaje o remake.
Gladiador 2 es definitivamente recomendable para aquellos que disfrutaron de la primera versión. Los historiadores que exigen realismo, aléjense de las salas de cine, si no quieren pasar corajes con las lecciones del tío Scott, van a ver changos peleando del tu a tu contra gladiadores, soldados montando rinocerontes, ciudadanos de Roma leyendo el periódico antes de que se inventara la imprenta. Luego van a percibir que Máximo cambio de nombre a Lucio, y que los gemelos dictadores no terminan de convencernos, por más malotes que intenten parecer, se supone que llevan quince años gobernando Roma, pero aparentan apenas veintitantos. He escuchado críticas por el color de piel de Macrino, aunque los padres de los Geta y Caracalla originales eran provenientes de Libia y de Siria, en fin ya sabemos que no son lecciones de historia pero tampoco se pasen.