Tono y son: México lindo y machista…
La música forma parte del mexicano ; con ella reímos y lloramos… también nos reflejamos…
Por: Jesús M. Corona M.*
Decía Doña Emiliana de Zubeldía que México tenía la música más bella del mundo pero que nosotros no lo sabíamos. Por algo lo diría ya que era una experta musicóloga y que viniendo de España donde ya era una profesional reconocida, llegó a estas tierras y fascinada con su gente y su manera de ser se quedó con nosotros hasta su muerte.
Y es que la música es bella, sobre todo, porque es capaz de reflejar lo mejor –y a veces lo peor- de nuestra sociedad, de nosotros mismos y esta es precisamente una de sus bondades. A través de ella, podemos comunicarnos y dar a conocer actitudes y visiones del mundo.
Por ejemplo, en México, hay muchas canciones populares que reflejan el machismo y un cierto grado de cinismo o presunción de nuestra forma de ser real o imaginaria.
Por alguna razón –que sería motivo de un estudio sociológico- encontramos fascinación por canciones como “El Rey” y si nos detenemos un poquito a analizar el tema, no vamos a entender de qué se siente orgulloso el protagonista.
Dos de sus estrofas que reflejan la esencia de la canción dicen:
Con dinero o sin dinero
yo hago siempre lo que quiero
y mi palabra es la ley.
No tengo trono ni reina
ni nadie que me comprenda
pero sigo siendo el rey.
Son las clásicas echadas de bravucón de barrio que con o sin dinero se sale con la suya y lo que dice vale porque él lo dice, pero ¿para quienes?
Tampoco tiene trono y nadie lo entiende pero sigue siendo el rey de un reino que solo existe en su imaginación.
Otra clásica del folclor de música ranchera es “El abandonado” que desde sus primeras frases nos describe a un desvergonzado sujeto y que además le hace al “tío Lolo” (de esas que se hacen pen… solos).
Comienza diciendo:
Me abandonaste, mujer porque soy muy pobre
y por tener la desgracia de ser casado
que voy a hacer, si yo soy el abandonado
abandonado, sea por el amor de Dios.
Por si esto no fuera suficiente y como para que no quede duda, continúa diciendo:
Tres vicios tengo y los tengo muy arraigados
de ser borracho, jugador y enamorado
que voy a hacer si yo soy el abandonado
abandonado, sea por el amor de Dios
Para terminar con mucho orgullo el personaje de marras agrega:
Si me emborracho es porque a mí me gusta el trago
Si tomo vino yo a naiden le pido fiado
que voy a hacer si yo soy el abandonado…
O sea que con todo y eso se siente víctima y no culpable de su desgracia buscando comprensión y ayuda para su vida en desgracia.
En contraste, tenemos canciones que reflejan algún grado de desesperanza o masoquismo como la pieza creada por Guty Cárdenas y que le puso por título “Nunca nunca”.
La letra es la siguiente:
Yo sé que nunca llegaré a la loca
y apasionada fuente de tu vida
Yo se que inútilmente te venero
que inútilmente el corazón te evoca;
pero a pesar de todo yo te quiero,
pero a pesar de todo yo te adoro
aunque nunca besar pueda tu boca.
El clásico soñador que se conforma con un amor platónico y que se resigna a que lo dejen autoflagelarse con su romance imposible.
Como se ve, en México le cantamos a todo y a todos, a la tristeza y a la alegría, a la ilusión y a la desesperanza. Somos trágicos y somos célebres… En México cantamos todo el año y, dependiendo de nuestra realidad, hacemos música de, la felicidad y hasta de nuestra propia desgracia. Aún así, nuestra música por eso es bella, como bien dijera Emiliana.
* L.A.E. Jesús Manuel Corona Martínez. Colaborador
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