jueves, noviembre 21, 2024
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Tono y son: Entre ególatras y cínicos te veas

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Por: Jesús M. Corona M.*
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Para continuar con la visión critica de algunas de las canciones que en su momento fueron éxitos musicales, toca ahora hablar de una pieza que constituyó un “hit” de Los Panchos (los originales) que marcaron un antes y un después de la música romántica mexicana. Gil, Navarro y Avilés fueron los integrantes del trío más exitoso de los 50’s y 60’s.

Como dato anecdótico, les comento que este grupo realizó varias giras durante algunos años a Japón y desde la primera vez gustaron mucho a los japoneses (que no les entendían ni jota), pero que les impresionaba ver que cantaban al mismo tiempo que tocaba sus instrumentos tan habilidosamente; por aquellos años en Japón uno cantaba y otro tocaba el acompañamiento musical.

La canción a que me refiero se titula “No me quieras tanto”, y su letra dice:

Yo siento en el alma
tener que decirte
que mi amor se extingue
como una pavesa
y poquito a poco
se queda sin luz

Yo se que te mueres
cual pálido cirio
y se que me quieres
que soy tu delirio
y que en esta vida
he sido tu cruz

Ay amor ya no me quieras tanto
Ay amor no sufras mas por mi
Si no mas puedo causarte llanto
Ay amor olvídate de mi

Que les parecen estas expresiones sobradas de suficiencia, vanidad, delirios de grandes (“y lo que resulte” dirían los abogados), son de una egolatría sorprendente y delirante, cuál sería la reacción de la enamorada. No se porque me vino a la memoria Gordolfo Gelatino.

Hay una canción que es una sátira exagerada de la situación tan penosa que viven una gran cantidad de familias en México, por la afición tan difundida a lo largo y ancho del paíspor rendirle culto al dios Baco bebiendo frecuentemente: “cervatanas bien elodias” diría unchilango o unas “birrias” dirían en la frontera o “cheves bien heladas” diríamos por acá.

Los gremios mas representativos del derroche de “la raya semanal” son los mecánicos y albañiles, que botan casi todo el dinero en “pisteadas” con sus amigos y le llega a la “vieja” con unos cuantos pesos para todo el gasto.>p/>

La canción es “La Bartola” y va así:

Mira Bartola, ahí te dejo esos dos pesos,
Pagas la renta, el teléfono y la luz
De lo que sobre, coge de ahí para tu gasto,
Guárdame el resto pa’ comprarme mi alipús

El dinero que yo gano toditito te lo doy,
Te doy peso sobre peso siempre hasta llegar dos,
Tú no aprecias mis centavos y lo gastas que da horror,
Yo por eso no soy rico por ser despilfarrador

Si te alcanza pa’ la criada, pos le pagas de un jalón,
Tienes peso sobre peso, aunque no pasen de dos,
Guárdate algo pa’ mañana que hay que ser conservador,
Ya verás cómo te ahorras pa’ un abrigo de visón

Como pueden ver está un poco exagerado el mensaje pero ocurre con más frecuencia que lo que quisiéramos reconocer.

En una amistosa discusión que sostuve hace algunos años con un inversionista de Taiwán a propósito de las economías de nuestros respectivos países, el jaque mate de la polémica se resumió en una frase lapidaria del oriental que me dijo: “cuando un mexicano tiene para tomar cerveza, toma whiskey y cuando un taiwanés tiene para tomar whiskey, toma cerveza”, y esa es una gran verdad porque una vez “picados” seguimos la parranda a base de “tarjetazos”.

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Por último, quiero comentar algo de una pieza musical del género popular que nos retrata al clásico macho mexicano mujeriego y conquistador que trascendió las fronteras a través de las películas que forjaron la imagen del charro a caballo, con su botella de tequila y el mariachi tocando atrás de él.

3amigos

“El mil amores” nos describe a un tipo de estos en esta forma:

De Altamira Tamaulipas
traigo esta alegre canción
y al son del viejo violín
y jarana canto yo

Pa’ las mujeres bonitas
que son de mi adoración
de Altamira Tamaulipas
traigo esta alegre canción

Si la vida es un jardín
las mujeres son las flores
el hombre es el jardinero
que corta de las mejores

Yo no tengo preferencia
por ninguna de las flores
me gusta cortar de todas
me gusta ser mil amores

Dichoso aquel que se casa
y sigue la vacilada
siempre anda jugando contras
a escondidas de su amada

Pero más dichoso yo
que no me hace falta nada
tengo viudas y solteras
y una que otra casada

Este tipo no se midió y agarró parejo y no dejó “ni una pa’ comadre”. El moderno Don juan no es ningún “chiquión” y no le pone peros a ninguna, a menos que, como dicen en mi pueblo, “sean más las echadas que las que ponen”.

Y los mariachis callaron.

 

* L.A.E. Jesús Manuel Corona Martínez. Colaborador

 


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