No tiene la culpa el indio: Cuando el mazapán no es suficiente para tapar un bache
Por: Malasuerte
Si eres hermosillense, llegas a tener la certeza de ciertas cosas, como:
+ No importa la temporada, si hay sol, seguro te achicharras.
+ No tienes certeza de que haya suministro de agua potable más allá de un par de años.
+ Si se nubla, pasarán tres cosas: se te enchina el pelo, tus viejas heridas de cirugía te dolerán y las calles se llenarán de baches… y si llueve, ya sabrás, todo lo anterior, pero mucho peor.
Anualmente, se gastan “sopetecientos” miles de pesos en bacheo y reparación de vialidades, lo cual no se ve reflejado más que en nuestros bolsillos, cada vez más vacíos, por las aportaciones fiscales y presupuestos municipales y estatales.
Se que el agua es muy destructiva y arrasa con todo; sin embargo, sigo sin explicarme cómo es que nos venden barro a precio de oro. No me meteré en números reales porque no los tengo a la mano, pero no hace falta ser un genio para llegar a la conclusión de que si cada que llovizna las calles se hacen pedazos, es que el material utilizado para su pavimentación es de pésima calidad… de hecho no estoy seguro de poder utilizar la palabra “calidad” en la misma oración; hasta un funcionario público lo puede entender.
Podrán darme argumentos intentando justificar esto, y al instante se los refuto con dos simples puntos:
1 – ¿Por qué reparan una y otra vez los mismos baches?
2 – ¿Es acaso la lluvia de Hermosillo más chingona que la de cualquier otra parte del mundo, como para que nomás aquí despedace el pavimento?
Ayer leía en las redes sociales que ya hay ciudadanos –hasta la madre de aguantar esto- que tomaron la iniciativa de reparar por su cuenta las calles que más les afectan, dándole por nombre a su campaña “Adopta un bache”.
También leía que en San Carlos, Sonora un grupo de gringos (entiéndase estadounidenses) se organizaron para reparar los baches de sus calles.
A mí me parece un ejemplo cívico y solidario de parte de estas personas, digno de aplaudir y darse a conocer, sin embargo me queda la espina ,y esa voz dentro de mi cabeza, que sentencian: ¡SON CHINGADERAS!!!
¿Tanta es nuestra desesperación que tenemos que hacer el trabajo (y pagar por ello) que nuestras autoridades estaban obligados a hacer? Hay un dicho popular: “Si, robaron… pero al menos hicieron obra”, y me pregunto: si ya robaron e hicieron obra, ¿no podrían al menos hacerla bien?
Si nadie me va a pagar la llanta y el rin perjudicados, ni la suspensión y amortiguadores de mi carro por transitar en esta zona de guerra, ¿podría por lo menos alguien darme mi torta y mi “chesco” o regalarme “un espejitou”… digo, pa’ callarme el hocico?
Después de todo –como dijera mi padre- está bueno ser cochi, pero no tan trompudo.
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Totalmente de acuerdo!!!
Esperemos wue nuevo gobierno se ponga las pilas!!!
Por lo menos, ya inicisron con las reparaciones aquí en la cd. Del sol.