Reductio ad absurdum: Manuel Puig, leyenda de la cultura pop
Por: Karla Valenzuela
Hace algunos años conocí el pueblo de General Villegas, la tierra del escritor argentino Manuel Puig. Visité la sala de cine donde él vio la mayoría de los filmes que luego salen a la luz en sus obras y, más aún, tuve oportunidad de conocer a quien fuera su maestra en la escuela primaria.
General Villegas, curiosamente, se parece a Comala cuando uno lee Pedro Páramo por vez primera. Se parece, por cierto, a cualquier pueblo de Sonora.
El 28 de diciembre de 1932 nació Puig y, con él, otra manera de hacer literatura. Tenía 57 años cuando falleció en Cuernavaca. Su muerte, a pesar de todos los argumentos que indican que se debió a un infarto, siempre ha estado envuelta en el misterio. Muchos aún aseguran que feneció de SIDA. Sus restos permanecen en el cementerio de La Plata.
El beso de la mujer araña, La traición de Rita Hayworth, y Boquitas pintadas, son parte de sus novelas más famosas. Se dice que en algunos de sus textos Manuel manifiesta que la muerte es lo peor, porque procura el olvido. Curiosamente, Puig permanece.
Hoy, a 83 años de su natalicio, se le recuerda como uno de los grandes escritores latinoamericanos que llevó la representación más pura de la cultura pop a la literatura.
– PUBLICIDAD –