Espejo desenterrado: El médico que fue tenor

Por Karla Valenzuela
Para nadie es noticia ya que inicia el Festival Alfonso Ortiz Tirado; tampoco es cosa nueva que la Ciudad de los Portales se vuelve en estos días, como cada año, prácticamente la capital de Sonora.

Y cómo no, si es honor a uno de los grandes tenores mexicanos que – para nuestra fortuna– nació en Álamos y con su voz prodigiosa cautivó a todos.

Además, como médico ortopedista, su labor altruista es recordada todavía hoy en día, pues vaya que supo valorar el sufrimiento de quienes menos tenían y ayudarlos con sus cuidados sin pedir nada a cambio. El sonorense es recordado por su gran capacidad de apoyar  y de entregarse a sus pacientes. Precisamente, una de sus más célebres fue Frida Kahlo, a quien le practicó varias cirugías y, se dice, que ella hablaba siempre bien del trato que tenía con Ortiz Tirado. También, existe el mito que el mismísimo Agustín Lara se puso en manos del doctor.

Y he aquí que un festival lleva el nombre del tenor desde principios de los años 80’s, y en Álamos aún se conserva casi hasta su voz entre las calles del lugar.

Músicos de talla internacional vienen a Sonora y se fascinan con la tierra que –después de todo– también fue en la que nació y vivió su infancia la diva María Félix.

La que sí es noticia – y lo seguirá siendo- es que a pesar de todas las celebridades, la bella ciudad sigue siendo el personaje central, un pueblo repleto de magia y de fantasmas, de pasado, de historia y, por supuesto, de arte que durante más de siete días sobrepasa su cupo de turistas, se viste de fiesta y permite que Sonora se abra al mundo, como alguna vez lo hizo Alfonso Ortiz Tirado.

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