Reductio ad absurdum: Música tocada con las nalgas
Malasuerte
Cualquiera que esté familiarizado con el arte conoce o ha oído hablar de Hieronymus Bosch o El Bosco, pintor originario de los Países Bajos de mediados del siglo XV, y si no le suena el nombre, seguramente ha visto alguna vez su obra más famosa “El Jardín de las Delicias”.
Es una obra dividida en tres partes: El jardín del Edén, con la representación del pecado femenino, masculino y el demonio escondido; en la parte central tenemos el jardín de las delicias terrenales, que es el desato de la lujuria; y por último el infierno, representando la caída de la humanidad y la condenación eterna, con toda clase de torturas y símbolos del pecado y perdición.
Pues bien, es precisamente ahí en el infierno donde después de 5 siglos y millones de miradas por expertos, críticos, amantes del arte y público en general, que una joven estudiante de música –con exceso de tiempo libre– que se dedicó a reproducir las partituras que están pintadas en el trasero de un condenado aplastado por un laúd. Tituló la canción “Butt Song from Hell” (Canción del trasero del infierno).
“La partitura sí se ha visto antes y se ha escrito un par de veces sobre ella pero sólo en un contexto de análisis del arte. Nadie que yo sepa se había molestado en transcribirla simplemente porque se suponía que la canción era falsa”
Amelia Hamrick, estudiante de Informática y Música de la Universidad Cristiana de Oklahoma
Después de su hallazgo, todo el mundo se puso a sacar su versión de dicha pieza, desde versiones corales hasta metal.
Sin embargo, Amelia no fue la primera ni la única que se inspiró en la partitura del trasero del condenado, según La Vanguardia “Atrium Musicae de Madrid, el conjunto de música antigua de la familia Paniagua que desarrolló buena parte de su carrera en los años setenta, publicó en 1978 ‘Codex Glvteo‘, un título que lo dice todo. Publicado por Hispavox y, al parecer, nunca reeditado en formato digital, la portada del disco era el detalle del cuadro que ilustra este artículo y el grupo lo dividió en dos partes: nalga I y nalga II. El resultado es una interesante recuperación de música medieval y renacentista española con toques contemporáneos y repleto, claro, de humor.”
PlayGround Magazine publicó un video recopilando algunas de las versiones de dicha pieza