Agua: Reto del tercer milenio

El aumento poblacional en el mundo ha propiciado un incremento sin parangón de las actividades productivas a lo largo de toda la historia de la humanidad; como nunca ,ha crecido la agricultura, ganadería, pesca, la minería, así como la industria manufacturera, el comercio, las comunicaciones, etc.

Por: Jesús M. Corona M.*
Por todo ello, el consumo del agua se ha disparado en forma exponencial y eso ha causado el agotamiento de las fuentes de abastecimiento, tanto superficiales como subterráneas, en virtud de que la mayoría de los mantos acuíferos han ido abatiéndose y, por otra parte, la alta emisión de gases producidos por los países altamente industrializados, ya está cobrando la factura al impactar gravemente al comportamiento climático, ocasionando fenómenos meteorológicos con tormentas torrenciales en unas regiones y graves sequías en otras.

Así, tenemos que Brasil, por ejemplo, llamado la “Arabia Saudita del agua” por tener la octava parte del agua dulce del mundo, está sufriendo la peor sequía en casi un siglo en la región sureste del país. Sao Paulo considerada la capital económica de Brasil y con una población en su área metropolitana de veinte millones de habitantes, está pasando por la crisis de tener su sistema de presas de abastecimiento casi agotado y a pesar de que a la ciudad la atraviesan los ríos Tiete y Pinheiros estos están contaminados. Muchos residentes padecen cortes esporádicos y otros pasan días sin aguas y ya se está pensando en el racionamiento de surtir solo dos días a la semana.

Vistas así las cosas ¿qué reflexión podemos hacer de esta problemática? A mi manera de ver hay dos lecturas. De bote pronto, el analista cínico y poco serio puede concluir con desenfado al comparar dicha situación con nuestra realidad, “después de todo no estamos tan mal”, por el contrario el que razona en forma inteligente y con visión a largo plazo, va a llegar a la conclusión de que si aquellos teniendo tantas reservas del “líquido vital” están pasando apuros, que nos puede pasar a nosotros que vivimos en una región desértica, con acuíferos sobreexplotados y precipitaciones pluviales irregulares, sequías cíclicas que nos azotan con mas frecuencia de lo que quisiéramos.

El problema nuestro se complica por nuestra idiosincrasia característica de indolencia, irresponsable y poco solidaria para utilizar racionalmente nuestros recursos y entorno ecológico.

Según las autoridades de Aguah (Agua de Hermosillo), consumimos un promedio de 300 litros diarios por habitante en esta ciudad y esta cantidad representa un derroche exagerado aunque la tuviéramos en abundancia.

¿Qué debemos hacer para remediar esta situación antes de que haga crisis?
La solución la tenemos que buscar entre todos; el gobierno en coordinación con la sociedad civil, casas de estudio, sectores productivo y demás grupos organizados, deberá iniciar una campaña de concientización informativa para inducir el uso racional del agua empezando por los infantes escolares que representan las futuras víctimas de la escasez si no se modifica el comportamiento desordenado actual. Ya se ha declarado en forma reiterada que hay un porcentaje estimado de un 40% o más de fugas (del total del líquido en las redes) por lo obsoleto de nuestras líneas de conducción y distribución que debieran substituirse para optimizar el abasto.

A Aguah le corresponde diseñar e implementar un sistema de respuesta mas expedita para resolver la defección y reportes de fugas superficiales, lo ideal sería que una fuga de una línea de cuatro o mas pulgadas se pudiera solucionar en una hora máximo y lo que está ocurriendo en la actualidad es que las averías se remedian después de que se han desperdiciado cientos de metros cúbicos del preciado recurso. Alegarán los apáticos e irresponsables burócratas de que es inviable esta solución porque habría que tener de guardia brigadas de emergencia las 24 horas del día y que esto resultaría muy oneroso, definitivamente es mas valioso lo que se desperdicia por no actuar con prontitud.

Adicionalmente habría que comprometer a las brigadas de mantenimiento para que reparen las fugas que detectan ellos mismos aunque no tengan la orden para hacerlo, así mismo involucrar a los patrulleros de la policía y tránsito para reportar las que vean en sus recorridos, me imagino que no lo están haciendo. Es hasta ocioso pedir que haya profesionalismo en la solución de roturas, colapsos o fallas de las redes , haciéndolo concienzudamente y con materiales de buena calidad para evitar que ocurra lo que sucede actualmente de tener que repara la misma fuga en un lapso muy breve de tiempo.

Sería recomendable igualmente que los responsables de brindar el servicio de abasto del recurso hídrico estuvieran atentos tanto a los consumos tanto domésticos como comerciales cuando estos se disparan exageradamente, hay fugas subterráneas que se detectan mucho tiempo después de que se generan y otras como las que ocurren en los servicios sanitarios a las que no se les considera que sea importante remediar y por esa desidia se pierden cientos de litros diarios al derramarse la misma las 24 horas del día, cuando su reparación implica únicamente reponer la válvula que cierra el agua cuando el depósito se llena. Desgraciadamente este problema es muy común en los edificios públicos y en las escuelas.

Me pregunto si el agua que recibimos durante el verano y que nos reportan cientos de metros cúbicos vía copiosas precipitaciones pluviales, en lugar de dejarla correr sin aprovecharla, pudiéramos almacenarla en algún reservorio construido ex profeso donde se concentrarían la mayor parte de las aguas rodadas que se deslizan de la parte noreste a la suroeste de la ciudad y que representan la mayor proporción del total de las precipitaciones, esta obra haría posible contar con un área verde a su alrededor y las filtraciones que se dieran servirían para la reposicion de los acuíferos aledaños.

No puedo dejar de mencionar el tema tan debatido en el presente sexenio referente al acueducto del Novillo, le hago un llamado a la CNA para que cumpla cabalmente su función y que en forma tajante les diga a los opositores del acueducto, que el agua no es ni propiedad de ellos, ni para su uso exclusivo, si no que es propiedad de la nación y para su uso y consumo de toda la población , se otorga vía concesión federal para impulso de las actividades productivas y que llegado el caso podrá cancelarse parcial o totalmente cuando no se cumplan con las condiciones establecidas para su correcta utilización, sale sobrando mencionar que en su disfrute el consumo humano deberá priorizarse sobre el riego agrícola y producción pecuaria.

Habrá que aclararles también a estas gentes egoístas y carentes de solidaridad, de que gran parte del caudal que han estado explotando a su antojo y voluntad, se lo están escamoteando a la tribu Yaqui a la que supuestamente están defendiendo, ellos recibieron una concesión otorgada por el presidente Cárdenas en 1938.

Y a propósito de la planta desalinizadora que proponen para dotar de agua a Empalme, Guaymas y Hermosillo, considero mas viable que se haga en algún lugar cercano al mar ubicado en el Valle del Yaqui, pudiera ser Villa Juárez, Pueblo Yaqui o San Ignacio Río Muerto, el agua tratada pudiera utilizarse en actividades agropecuarias del valle mencionado y el agua dulce que se ahorrara podría servir para dotar a las poblaciones previamente citadas, porque no se concibe pretender el uso del recurso hídrico en animales y plantas antes que el consumo humano.

Hago votos para que las autoridades que deban decidir qué acción tomar, no sean víctimas de chantajes, amenazas o presiones políticas que, quiéralo o no, van a impactar el presente y el futuro del desarrollo de nuestro querido estado.

 

 

* L.A.E. Jesús Manuel Corona Martínez. Colaborador