Espejo desenterrado: ¡Agarren piedras!
Por Karla Valenzuela
Dice un ensayista que “el primer signo de la corrupción en una sociedad que todavía está viva es que el fin justifica los medios”. Yo, tan aguerrida que soy, no estoy a favor de la violencia y sí creo que cualquier cosa se puede arreglar de manera pacífica y que, definitivamente, el fin no justifica nunca los medios.
Hoy en día estamos dentro de una sociedad que tiene miedo de todo y que, por supuesto, está temerosa también de la protesta. Por lo mismo, no se atreve a exigir de manera correcta. El coraje, la impotencia, no deja pensar a veces y es más propicio tomar las armas para proteger a las familias, que pedir simplemente la justicia que debe de llegar y que es merecida para vivir en paz.
Pero no. Yo estoy en contra de la violencia, principalmente porque somos gente que piensa y, como tal, debemos razonar.
Hace ya siete años estuve en Buenos Aires y vi cómo la sociedad, aún la que yo considero pensante, se levantaba para quemar las puertas de edificios tan sólo para que su voz fuera escuchada. En aquel momento, sentía que los argentinos vivían en los 80’s-70’s, en una etapa en que no había otra manera de decir las cosas en México más que de manera violenta a veces.
Hoy, creo de veras que como sociedad estamos perdiendo los estribos y el control. Está Oaxaca, están todos nuestros muertos, y ahora las armas tomadas por civiles en Hermosillo.
Ciertamente, también a las autoridades se les ha salido de las manos el sometimiento de la delincuencia y verdaderamente hay que hacer algo, pero no es con el sometimiento entre particulares como este asunto va a tener mejor cauce, sino más bien con el uso de la razón, con el procurar familias más unidas, más estables, ciudadanos más responsables respaldados siempre por un mejor sustento económico.
La delincuencia que se vive actualmente no es de este momento; viene gestándose de mucho más atrás, igual que las ganas de todos por hacer algo y defenderse.
Empecemos pues, de nueva cuenta lo digo, por apostarle más a la educación, a la solidez familiar y recurramos más a la estrategia que al ataque sin ton ni son. Ése es nuestro trabajo como sociedad.
Eso sí, exijamos que las autoridades haga lo que tengan que hacer para amortiguar la incidencia de delincuentes. Exijámoslo siempre y ya, sin miedo y sin que nada nos detenga, pero de manera pacífica. Que esa exigencia sea nuestra piedra más certera.
*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.