Espejo desenterrado: Seamos héroes

Por Karla Valenzuela
Hace unos días leí que el Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos Zepeda, instó a los soldados deportistas que representarán a México en las Olimpiadas de Río 2016, a que se sientan orgullosos de formar parte de las Fuerzas Armadas, de representar a su país y que –claro- se transformen en los próximos héroes de la niñez mexicana.

Por lo pronto, María del Rosario Espinoza y Germán Sánchez, una en Tae Kwon Do y otro en clavados, son de los atletas que más posibilidades tienen de obtener una medalla y que también forman parte del Ejército Mexicano. Ellos son elementos del grupo de “héroes” que tratarán de poner el nombre de México en alto, en boca de todos y no precisamente con malas noticias, sino con las mejores, las que sólo dan los que se preparan y luchan cada día por obtener sus metas. Ellos son el alter ego de lo que deberíamos ser todos, ellos tienen lo que deberíamos tener todos los mexicanos: esperanza porque las cosas saldrán cada día mejor.

Pero esa esperanza debe basarse, sobre todo, en trabajo real, en ganas de hacer las cosas y en trabajar de manera cotidiana por el bien de nuestros sueños.

Y eso es lo que todos los atletas, los mexicanos y los de todo el mundo, hacen: poner todo su esfuerzo, físico, mental y emocional en un sueño que a la vez es el de muchos: ganar y superar obstáculos. El reconocimiento, por supuesto, llega por añadidura.

Y no hay que irnos con la finta, como digo, metas las tenemos todos, y éxito lo añoramos siempre, aunque muchos – de veras – lo quieren todo fácil y como caído del cielo, como si fueran prácticamente los elegidos de quién sabe qué dios. Y así pasan la vida llenos de soberbia portando el disfraz de gente trabajadora sin serlo, y aún así, – a veces – consiguen un pequeño logro que para ellos – claro está – es mucho.  Y de ellos está  plagado el mundo, si no ¿dígame usted si en su trabajo, en su vecindario, en su rutina diaria, no se ha encontrado nunca con alguien como quien describo?

Claro, bendita fortuna, también hay gente que, lejos de llevar un disfraz de héroe, lo es sin decirlo; permanece como Superman o Batman sin que se reconozca su verdadera identidad y ésos son los que, como los atletas, ponen su granito de arena día con día para hacer de este México algo mejor.

Ojalá tuviéramos entonces más héroes y menos políticos, más gente exitosa que la que sólo pretende serlo. Ojalá tomáramos los buenos ejemplos. Los hay en todos lados, sólo basta abrir bien los ojos.

*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.

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