Espejo desenterrado: Confiar es bueno, pero no confiar es mejor
Por Karla Valenzuela
Estimad@ lector, debo decirlo, yo no le creo al Bronco. El miércoles pasado tuve oportunidad de verlo y escucharlo en el Foro Sonora que organizó EL IMPARCIAL y, ni modo, no me convencía antes, no me convence ahora. Y es que, yo no sé usted, pero yo siempre – categóricamente – desconfío de aquellos que hablan bien de sí mismos y de las cosas que han hecho, cuando es preferible que los otros alaben sus bondades. Es decir, a nosotros nos puede decir misa, pero habrá que ver qué opinan los regios. No le creo al Bronco mas no significa que no diga la verdad. Mi escepticismo proviene, básicamente, de que cualquiera pensaría que está en una campaña política, y de ésas que suelen ser las más oscuras, las más disfrazadas.
No creo que todo sea tan malo. De hecho, no lo es. En teoría, las propuestas son viables, el planteamiento de darle voz a los ciudadanos, claro que también lo es, pero la desconfianza existe y es de siempre, y nos está permitida porque la historia nos indica el camino.
Sir Francis Bacon decía que “en materia de gobierno, todo cambio es sospechoso, aunque sea para mejorar” y, ni modo, esa es una verdad absoluta, más cuando en el discurso político se habla de un cambio que no es tal. El bullying, la campaña negra, la pretensión de que las cosas se dicen “en honor a la verdad”, es algo de siempre. Sólo que ahora se percibe un mensaje más claro, más directo, aunque con la misma demagogia. Al menos, esa es mi percepción respecto al gobernador Jaime Rodríguez.
Pero volvamos al punto de darle voz al ciudadano y recordemos que Donald Trump ganó precisamente porque se le dio voz y voto a los estadounidenses; es decir, los verdaderos gringos, los de siempre, los Clint Eastwood que hay por todo Estados Unidos salieron a votar y decidieron no sólo por el rumbo suyo, sino también por el nuestro. Y eso no podemos negarlo, aunque no nos guste.
Sin embargo, como afirmaba Ana María Salazar en el mismo Foro, justo después del Bronco, creo que es tiempo de que los mexicanos comencemos a pensar en el consenso, en la negociación, y si ésta no sucede, no pasa nada. México y Estados Unidos son países diferentes, y no todo lo que dice Donald Trump se puede llevar a cabo, ni todo es una horrible pesadilla.
De la misma manera, amig@ lector, no todos los discursos político son un sueño hecho realidad.
Aplaudamos pues nuestra capacidad de razonar y vayámonos esforzando y preparando para las elecciones del 2018 en nuestro país, pero no nos desubiquemos, a pesar de que ya haya gente haciendo campaña casi desde que empezó esta administración, todavía falta para que inicie la carrera.
Por lo pronto yo sólo escucho y analizo que, como diría el buen sonorense Mario Almada, “confiar es bueno, pero no confiar es mejor”.
*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.