La Perinola: La patria es una mujer que muere y que amamos con dolor
Por: Álex Ramírez-Arballo
Acabo de leer una novela de un escritor mexicano muy conocido, Julián Herbert. En ella, el autor nos narra la muerte de su madre, afectada por la leucemia; el patetismo de las descripciones es tremendo: los tratamientos de quimioterapia para intentar sanar a la mujer tienen funestos efectos secundarios. Poco a poco ella desaparece convirtiéndose en un esqueleto todavía vivo que siente y padece hasta el último momento. El hijo lo narra todo recordando los días idos, las buenas y las malas horas: la vida difícil que les ha tocado a los dos. Se aman con desagrado, se toleran en sus horas de hondo dolor. La mujer durante muchos años se dedicó a la prostitución y ahora muere casi en el abandono, víctima de esa violencia cotidiana que la “suave patria”, como el narrador-personaje nos lo recuerda constantemente, le ha infringido en convenientes dosis cotidianas de marginación.
La metáfora se explica a sí misma: aquí todos morimos a un tiempo. El cáncer de la corrupción es, más allá del lugar común de los medios, una verdad que nos carcome las tripas; el futuro se desparrama en las dilapidaciones y la falta de solidaridad de los que acceden a los derechos del poder. Pareciera que no les importa nada más, que no hay asomo alguno de consideración hacia los que menos tienen; cuando escucho la eterna queja del racismo y el desprecio que muchos mexicanos padecen fuera de nuestras fronteras, yo no puedo evitar pensar en esa forma radical y callada del desprecio que consiste en beneficiarme a mí sin importar que esto conlleve la ruina de mi hermano, de mi semejante.
Yo no me rindo y confío como pocos en el poder de la educación, en la fe que se comparte, en la buena voluntad que he visto a lo largo y ancho de mi país en millones de ojos. Se nos viene un nuevo año y creo que todos podemos hacernos responsables de nuestras propias culpas, que a veces, no se nos olvide, son de omisión; no nos dejemos engañar por la patraña del derrotismo, del relativismo y la demagogia de los pragmáticos que hacen de la política su vía de acceso al paraíso.
Saber vivir es asumir riesgos; saber morir es no esperar la muerte sentados.
¡Feliz año 2017!
Álex Ramírez-Arballo. Doctor en literaturas hispánicas. Profesor de lengua y literatura en la Penn State University. Escritor, mentor y conferenciante. Amante del documental y de todas las formas de la no ficción. Blogger, vlogger y podcaster.