Alfredo Daza, sólido barítono, frío recital
Juan Arturo Brennan
Después de tres primeras noches de gala exitosas, el FAOT 2017 continuó con una presentación particularmente interesante: un recital del barítono mexicano Alfredo Daza, con un programa conformado por poca ópera y mucha canción, con la colaboración del pianista Ángel Rodríguez, acompañante de experiencia quien, además, ha demostrado su vocación como arreglista. Dato de atractivo particular: el variado programa estuvo conformado por música de Italia, España, los Estados Unidos, Japón, Argentina y México, y la variedad estuvo presente también en los géneros abordados, que incluyeron ópera, canción popular y de concierto, zarzuela, comedia musical y tango, todo ello comentado de viva voz por el propio Alfredo Daza.
La presentación de Daza fue, también, una oportunidad de calibrar su capacidad para comunicar diversos estados de ánimo en la presentación de los distintos repertorios. Así, la contenida melancolía expresada en las dos primeras canciones de su programa, Plaisir d’amour de Martini, y Chanson de l’adieu de Tosti. El primer punto culminante de su recital ocurrió en seguida, con su presentación de una escena y un aria de la poco conocida ópera Stiffelio, de Verdi. Como es tradicional en Verdi y en la ópera de su tiempo, este binomio vocal se caracteriza por dos momentos emocionales claramente diferenciados, y el barítono los asumió exitosamente: rabioso y retador en la primera parte, noble y expansivo en la segunda. De interés especial, el hecho de que Daza, por así decirlo, “probó” aquí en Álamos esta pieza de Stiffelio con miras a cantar la ópera completa en Berlín en febrero, compartiendo el escenario con la destacada soprano mexicana María Katzarava. La primera parte del programa concluyó con dos canciones napolitanas, de Curtis y Falvo, en las que el intérprete aplicó, además de una calidad vocal de muy buen nivel, la cuota necesaria de melodrama desgarrador que suele habitar estas canciones. Ahora bien: en este punto del recital de Alfredo Daza, ya era evidente (y él mismo lo manifestó así) que no estaba cómodo en el entorno y las circunstancias en que ocurrió su presentación. Ello dio como resultado, a lo largo de toda la velada, una cierta frialdad y distanciamiento, que si bien no afectaron su rendimiento vocal sí impidieron que se generara la emotividad necesaria para el cabal éxito de un recital vocal sobre todo en un contexto como el del FAOT aquí en Álamos.
Después de cantar una de las canciones españolas de Fernando Obradors, Daza interpretó, fuera de programa, la canción japonesa Narayama, que habría de convertirse en su mejor momento de la noche; aquí, el barítono cantó con emoción, profundidad y nostalgia, proponiendo además al público un acercamiento a un repertorio plenamente inusual. Más tarde, ese público, malagradecido, le respondió interrumpiéndolo groseramente a la mitad de uno de los tangos que interpretó. Muy bienvenida también fue su inclusión en el programa de una de las canciones de la comedia musical South Pacific de la legendaria mancuerna de Broadway formada por Rodgers y Hammerstein; he aquí una región del repertorio que bien valdría la pena explorar con más frecuencia en las galas del FAOT. Sin duda, sería de atractivo singular para el público. Para finalizar, Alfredo Daza recaló en el repertorio latinoamericano, cantando con las pinceladas adecuadas de pasión, y con potente y controlada emisión vocal, un par de tangos, complementados con una canción de Manuel M. Ponce y una combinación final poco afortunada en cuanto a la elección de repertorio: es evidente que Alfredo Daza tiene demasiada voz y demasiada musicalidad (no por nada ha hecho una sólida carrera en Europa) como para desperdiciarlas cantando Cielito lindo. La frialdad ya mencionada se hizo presente en la reacción del público al final del recital; a ello abonó, quizá, la desafortunada comparación que el intérprete hizo del gran tenor mexicano Francisco Araiza con el futbolista Hugo Sánchez.
Ojalá que nos lleguen pronto las noticias del Stiffelio que Daza cantará pronto en Berlín, en el rol de Stankar; a juzgar por lo escuchado en su recital en el FAOT, no dudo que serán buenas noticias.