Espejo desenterrado: Del Quijote y de ti
Por Karla Valenzuela
A veces te miro y me dan unas ganas tremendas de no quererte. Dejar de verte, de soñarte, de sentir estas burbujas que provocas en mi alma cada vez que te estacionas en un espacio discreto y finges no verme, aunque estés ahí con tus ojos instalados en la nostalgia infinita de los que ya no somos, de los que sabe Dios si algún día volveremos a ser.
A veces te veo y me detengo como una eternidad entre tu luz, y tu voz retumba en mis quimeras como esperándote, siempre esperándote. No sé para qué ni por qué. Que llegues de una vez y para siempre es realmente impredecible. No lo decides tú, no lo decido yo, lo elige nuestro destino, como toda la vida desde que te conozco.
De vez en cuando me acostumbro a la idea de que no estás, de lo que haría yo si no estuvieras. ¿Desde cuando estás? ¿cuántos años hace?. . Y te veo y parece que la tierra de mis días deja de girar y por más que quisiera que no estuvieras, permaneces, tarde o temprano apareces para hacerme notar que eres mi sombra, mi ángel, mi demonio, todo lo que quiero y todo lo que no soporto, todo lo que me hace feliz y lo que algunas veces, por qué no, me ha hecho infinitamente triste.
A veces, tu voz se me aproxima a mi piel y ella te entiende, sabe de ti como si jamás la hubieras abandonado, como si hubiera sabido que un día llegarías como el conquistador Cortés a encontrar a su Malinche, como un Alonso Quijano perfilando por fin a su Dulcinea. Y yo, con toda la cursilería renacentista encima, te escucho, no me conformo con que sea tuya mi piel y te doy mi ánima aunque no te lo diga. Y no te lo digo porque simplemente no te lo mereces. Estás ahí, como dueño y señor de mi pasado y mi futuro, pero auque esté segura de que mi presente es tuyo, ése no te lo daré del todo. Me quedo con una parte, con la parte que me dice que te quiera y te doy la otra, la que no quiere quererte aunque te quiera.
A veces quisiera no quererte, dejar de nombrarte, de respirarte en mis horas y dejar que mi mundo gire al revés de ti, en sentido contrario, supongo que algún día lo lograré, supongo que hoy no es el día, porque hasta El Quijote me recuerda a ti. Y todo vuelve a comenzar.
*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.
enorme, me siento aludido por la experiencia que estoy pasando