Mamborock: Un disparo inteligente desde atrás de la barda
Por Carlos Sánchez
Esperanza Barrón, desde una cámara, construye el significado de su nombre: Esperanza. O esperanzas. Porque su entrega se multiplica.
Esperanza acude con su equipaje de conocimiento, en su mente y en el interior de su mochila. Toca a las puertas de la cárcel que es ITAMA, donde jóvenes menores de edad reparan sus errores.
Los erros se enmiendan de mejor manera a través del arte. Esa es una de las muchas premisas de Esperanza. Primero con las niñas, en Granja San Antonio, donde su huella es profunda, donde los disparos se transformaron en incentivo del conocimiento.
Ahora le ha tocado iluminar, encender las ideas, de los muchachos de Centro Intermedio, los cuales, desde sus habilidades, son parte del programa Fotosonora, que coordina Instituto Sonorense de Cultura.
Las fotografías propuestas por estos jóvenes las podemos observar cotidianamente en Plaza Hidalgo, la cual estará vigente hasta el 31 de octubre.
Interesante mirar la expresión, a través de la fotografía, de estos muchachos. Saber que detrás de ese disparo vive la historia de sus vidas, el acontecimiento que los hizo habitar una celda, saber que la fotografía es argumento para abandonar las frustraciones, convertir las horas de castigo en horas de aprendizaje.
La institución es fundamental, juega su rol, provee de herramientas en aras de proponer una mejor vía para la formación de los muchachos caídos desde la circunstancia y el error (del cual todos somos vulnerables).
Esperanza Barrón es también bastión imprescindible: urde las ideas, comparte su conocimiento, se hace de recursos, la cámara, el cuerpo de los chavos, sus miradas, y desde allí la construcción de un discurso por demás trascendente, desde allí, insisto, el lugar que parecería ser solo rudeza e infertilidad se transforma en la universidad del arte.
Desde un disparo, los jóvenes dicen presente en la vida. Y se adhieren a ese espacio que es la creación, y es entonces que sus ideas trascienden los muros, se ofertan a nuestros ojos en pleno corazón de la ciudad, el centro antiguo, la Plaza Hidalgo.
Acudamos a observar los cuerpos y sus movimientos, las fotografías hechas desde atrás de la barda, la esperanza que nos construye Esperanza.
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