Espejo desenterrado: Hace falta país






Por Karla Valenzuela
Dicen que Televisa pasa por una crisis, que por eso apartan a Emilio Azcárraga Jean de la dirección. Se dice que la credibilidad de esa televisora ha ido de mal en peor, y que la historia “fake” de #FridaSofía terminó por agravar la mala situación por la que pasa en manejo de la información en ese medio.
Lo cierto es que la debacle de Televisa comenzó hace casi treinta años, primero con la llegada de TV Azteca que, a nivel nacional, revolucionó la manera de hacer telenovelas de la mano y la visión cinematográfica de un Epigmenio Ibarra que estaba literalmente en su apogeo, combinado con un reparto predominantemente salido del séptimo arte que se comportaba tan ceremoniosamente como el cine lo amerita aunque en realidad estaban haciendo melodrama.
Lo cierto es que también el público cautivo de Televisa, sobre todo el joven, comenzó a escuchar a mediados de los 90’s a bandas como Molotov, censuradísimos por la televisora mexicana de más audiencia, y cantaba a coro “Que no te haga bobo Jacobo”, “El carnal de las estrellas”, entre otras más.
Lo cierto es que el apego de la televisora a los presidentes de México y, más aún, a los presidenciables en épocas electorales, en conjunto con su aparente contribución a lapidar cualquier indicio de “malas prácticas” a la hora de elecciones, son parte también de este gran bajón que tuvo Televisa a través de los años.
Al final, TvAzteca no pudo ganarle a la televisora de Azcárraga ni en rating, ni en credibilidad a nivel nacional, pero los que sí pudieron ganar fueron los medios de difusión en redes sociales.
Es indudable que empresas como Netflix lograron incidir en la caída de la televisión mexicana. La manera de ver televisión cambió a la par de que las nuevas generaciones transformaron su visión del mundo para volverse más prácticos, más consumidores de información – de calidad o no- a través de internet. Quizás, sólo quizás, las televisoras de más audiencia nacional, no supieron enfrentar al gran monstruo de las redes sociales, donde todos, absolutamente todos los seres humanos, parecemos tener la voz completa.
Jesús Martín Barbero, uno de los grandes expertos de Hispanoamérica en temas de comunicación, dijo que “a los medios les hace falta país”, refiriéndose entonces a Colombia, pero esto, ¡vaya que es cierto! también le queda a #México. Y es que, como señala el teórico, “el país de ahora no encanta a nadie, y menos el de la televisión”.
Nuestras relaciones sociales han cambiado, y nuestra manera de percibir el universo también.
Sólo hay una cosa que no cambia: la literatura. Ése medio de información, esa manera de hacer arte tal vez sea la única que nos haga voltear a la realidad y nos abra los ojos en medio de la gran basura que a veces ofrecen las redes sociales y en la que tenemos que hurgar para encontrar lo cierto, y en medio de una televisión tradicional que, poco a poco, a dejado de existir.
Leamos pues, y no nos hagamos bobos, con televisión o sin ella, con telenovela o sin ella, siempre debemos voltear a revisa nuestras verdades, porque ésas son absolutas.
*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.





