El color de las amapas: La buganvilia que circunnavegó el mundo
Por Ignacio Lagarda Lagarda
En 1766, el capitán Louis Antoine de Bougainville, al mando de dos barcos de guerra franceses, inició un viaje de exploración científica circunnavegando el mundo, cuya misión era elaborar un catálogo de especies de plantas de todo el planeta y encontrar tierras colonizables en el Pacífico.
La expedición contaba con un equipo científico formado por el astrónomo Véron y el médico y naturalista Philibert Commerson.
En el siguiente puerto después de la partida, Commerson hizo embarcar a un joven llamado Jean Baré de quien dijo era su asistente de investigación a quien había contratado por referencias.
Durante todo el tiempo que estuvo a bordo del barco, Commerson recolectó plantas junto a su ayudante, quien organizaba y catalogaba los especímenes, en lugares como Río de Janeiro, el Estrecho de Magallanes, Tahití, Isla Mauricio y Madagascar.
Cuando la mala salud de Commerson le impidió llevar a cabo trabajo de campo, su ayudante se hizo responsable de todas las colecciones, incluyendo la recolección de una planta que daba una flor de colores brillantes y majestuosos en rojo, blanco y amarillo.
Pero las cosas cambiaron en 1768, cuando la expedición llegó a Tahití, la tripulación de uno de los barcos descubrió que el mozo que le ayudaba al científico, no era tal mozo, sino una mujer, pues se trataba de Jeanne Baret, una mujer que hasta entonces trabajaba como ama de llaves de Commerson.
Debido a que una ordenanza real impedía embarcar a las mujeres en los barcos de la Corona, Baret es obligada a desembarcar en la Isla Mauricio junto a Commerson, donde poco después la pareja se casó.
Jeanne Baret, había nacido en La Comelle, en la región de Borgoña, Francia, el 27 de julio de 1740. Vivió su infancia en la granja de su padre y al quedar huérfana en 1762 comenzó a trabajar como institutriz en la casa del viudo Commerson.
Jeanne Baret era en realidad la amante del botánico Commerson. Había sido contratada por éste para hacerse cargo de su hogar cuando Commerson enviudó de su primer esposa. Con el tiempo, el naturalista acabó entablando una relación con su asistenta que ocultó a ojos de todo el mundo. Incluso, tuvo un hijo con ella que fue dado en adopción.
Como se esperaba que la expedición no volviera a Francia en tres años, Commerson, no quería estar tanto tiempo sin su pareja y debido a la prohibición de llevar mujeres en el barco, tuvo que buscar un subterfugio para poder viajar juntos y decidieron que viajaría disfrazada de hombre.
A Philibert Commerson, como botánico de a bordo, se le atribuye desde entonces el hallazgo de las decenas de especies nuevas de plantas que la expedición aportó. Lo que los historiadores han empezado a desvelar ahora es que, en realidad, fue Jeanne Baret quien hizo la mayor parte del trabajo, pues durante gran parte del periplo el naturalista oficial de la nave estuvo enfermo.
La pareja de botánicos recogió más de 6.000 muestras de especies vegetales de los lugares que visitaron durante la expedición y en los años posteriores, unas 70 especies fueron bautizadas con el nombre específico de “commersonii” en homenaje al botánico Commerson. Entre las contribuciones de Jeanne Baret se encuentra la primera descripción de la vid.
Al regresar de la expedición, una de las plantas de jardín más coloridas y reconocibles que llamaron la atención y la especie mas famosa de la expedición, era una planta trepadora llevada desde Brasil, a la que se le puso por nombre “Bougainvillea”, en honor al navegante Louis Antoine de Bougainville, capitán y jefe de la expedición.
Commerson murió prematuramente a los 45 años en 1773, durante su estancia en la isla Mauricio, antes de terminar muchas de sus descripciones de plantas. Entre las notas que dejó se encuentra una en la que pretendía denominar no a una especie, sino a todo un género con el nombre Baretia. Hoy, esas plantas se engloban en el género Turraea de la familia Meliaceae.
Baret sola y sin recursos, abrió un cabaret en Port Louis. Conoció a un oficial naval francés, natural de Perigord, Jean Dubernat, con quien se casó el 17 de mayo de 1774 en la Catedral de S. Luis. La pareja regresó a Francia, completando así la vuelta al mundo.
A su regreso de Isla Mauricio, Jeanne se llevó las muestras botánicas de Commerson, 30 cajas que contenían algo más de 5,000 especies, incluyendo 3,000 descritas como nuevas. Recibió su parte de la herencia de Commerson, y el rey Luis XVI reconoció sus méritos como asistente del botánico, la felicitó por su buen comportamiento, describiéndola como “mujer extraordinaria” y dejándole una pensión vitalicia.
A pesar de sus contribuciones científicas, la historia la mantuvo durante siglos apartada de todo reconocimiento por su labor y sólo era recordada como amante de Commerson.
El biólogo Eric Tepe, de la universidad de Utah y la Universidad de Cincinnati, ha honrado su recuerdo, aplicando su nombre a una nueva especie vegetal recién descubierta, Solanum baretiae, de la familia Solanaceae, una planta trepadora que se encuentra en el sur del Ecuador y el norte del Perú, emparentada con la patata.
Tepe ha dicho de Baret: “Debió de ser una mujer admirable, muy valiente y decidida. Disfrazarse de hombre y enrolarse en un barco para participar en una expedición de ese calibre no lo hace cualquiera. Lo que me parece más interesante es que la historia la ha retratado hasta ahora como poco más que la amante del famoso botánico Commerson, pero ahora sabemos que era una gran botánica y exploradora por derecho propio, y que sus contribuciones sin duda merecen ser reconocidas”.
A Jeanne Baret se le atribuye la recolección y la clasificación de muchos especímenes recogidos durante la expedición. Pero el mérito de Jeanne Baret, no se limita solo a su atrevimiento o arrojo, sino que su valor también tiene carácter científico. Los prejuicios y las costumbres de la época tenían totalmente alejadas a las mujeres de la práctica de la ciencia, así que ella fue una pionera al participar plenamente en las tareas de investigación durante la expedición.
El reconocimiento de su papel como primera mujer en circunnavegar el globo y sus trabajos científicos quedaron ocultos hasta la publicación del libro El descubrimiento de Jeanne Baret (2010), de la escritora Glynis Ridley y hoy se la reivindica como una botánica por derecho propio y como la primera científica que completó una vuelta al mundo. Murió en Saint-Aulaye, Breuilh, Francia, 5 de agosto de 1807, a los 67 años.
*Ignacio Lagarda Lagarda. Geólogo, maestro en ingeniería y en administración púbica. Historiador y escritor aficionado, ex presidente de la Sociedad Sonorense de Historia.