El color de las amapas: Conociendo el Islam
El ver a esos hombres vestidos con turbantes en la cabeza y túnicas hasta los pies, siempre nos han causado gran curiosidad a las civilizaciones occidentales. Generalmente los relacionamos con actitudes violentas y convicciones religiosas profundas. Los últimos días, estos hombres han acaparado la atención del mundo. A continuación se hace un resumen del origen e historia de la religión practicada por los hombres del Islam, conocidos como musulmanes.
Por Ignacio Lagarda Lagarda
En su acepción literal, la palabra árabe Islam significa ‘entregarse’, pero el Corán establece su sentido religioso, “someterse a la voluntad o a la ley de Dios”. La persona que profesa y practica el Islam es un musulmán (del árabe muslim, ‘el que se somete a Dios’).
El Corán cita a los seguidores de Mahoma como “musulmanes” (Corán 22,78), éstos se sienten ofendidos cuando son denominados “mahometanos”, en tanto que este término implicaría un culto personal a Mahoma que es prohibido en el Islam.
Las dos fuentes fundamentales de la doctrina musulmana son El Corán y La Sunna
El Corán es considerado como la palabra “increada” de Dios, revelada a Mahoma por medio de san Gabriel; el arcángel de la revelación. Creen que su autor es el mismo Dios y no el profeta, por lo que consideran que El Corán es infalible. La palabra Corán procede del árabe “al-qur’än” que significa “ la lectura” o “la recitación”. Recoge las revelaciones de Alá (Dios) a Mahoma durante los casi 22 años de su vida profética. Está dividido en 114 surcas o capítulos de extensión diferente cada una de ellas. Los surcas están divididos a su vez en versículos.
La Sunna es el ejemplo del profeta y se conoce a través del Hadit, que son las recopilaciones de lo que dijo o hizo el profeta durante su vida de predicación, respecto a diversos asuntos. A diferencia de El Corán que fue compilado en forma escrita, la transmisión del Hadit fue por medio de la tradición oral. El Hadit no es considerado infalible ya que por su transmisión oral, por la intervención del hombre pudo introducirle errores durante el proceso.
Origen
El origen de los árabes se remonta a los pasajes de la Biblia. Según esta, en el libro del Génesis, el profeta Abraham, quien vivía en Canaan y casado con Sara; quien no le podía dar hijos, le propuso a este que tomara como esposa a Agar, su esclava egipcia y tuviera con ella un hijo. Agar se embarazó y al notar su estado, empezó a despreciar a Sara, quien se enojó y echó de su casa a la esclava. En su huida por el desierto Agar fue encontrada por el ángel de Yavé, quien le ordenó que regresara a casa de su señora y le obedeciera con humildad y añadió: “Multiplicaré de tal manera tu descendencia, que no se podrá contar” Ge. 16.9. y le dijo también “Mira que estás embarazada y darás a luz a un hijo, al que pondrás por nombre Ismael, porque Yavé ha considerado tu miseria. El será un hombre feroz, que se levantará contra todos y todos se levantarán contra él, y plantará su tienda desafiante frente a la de sus hermanos” Ge. 16,11-12.
El territorio de Arabia estaba conformado originalmente por tres razas diferentes: La raza el-ariba , quienes son considerados árabes de pura sangre, como los aditas, los temuditas, los amalacitas y las tribus de Iasam y de Djadis, descendientes de Sem o de Cam, hijos de Noé. Todos ellos fueron exterminados mucho antes de que naciera Mahoma, el profeta de los musulmanes. La segunda raza era la de los mutearriba, árabes que se hicieron árabes y se les considera descendientes de Kaktán o de Yaktán, hijo de Heber; en un principio se establecieron en Yemen y de allí se extendieron por toda Arabia. La tercera raza es la de los árabes mustearriba , árabes asimilados a los árabes, pueblo descendiente de Ismael, que se establecieron en Hedjaz, difundiéndose después por toda Arabia con el nombre de ismaelitas o agarenos. A esta última raza pertenecen los árabes establecidos desde tiempo inmemorial en las inmediaciones de La Meca; la ciudad santa de los musulmanes, y particularmente la tribu de los koreichitas, de donde desciende Mahoma, su profeta.
De ahí entonces que siempre existió y ha existido de parte de loa árabes, cierta veneración que estos tienen por Abraham ya que existe una tradición que dice que el templo de la Kaaba, fue construido por Abraham durante su estancia en Arabia, por lo que originalmente el lugar fue llamado Estación de Abraham y que entre las divinidades árabes del templo hubiera una que representaba a aquel patriarca. Igualmente, cuando Mahoma pretendía apartar a los árabes del culto a los ídolos, basaba sus predicaciones en el ejemplo de Abraham.
La intrincada topografía y la dureza del desierto de Arabia, fueron dos de las razones por las que los árabes se mantuvieron independientes y puros de toda influencia extranjera. Durante la época en que el imperio romano intentaba conquistar el mundo entero conocido, nunca pudo hacerlo con los pueblos de Arabia, porque sus moradores ante el menor asomo de amenaza, levantaban sus tiendas, aparejaban sus caballos y camellos, tapaban los pozos y se internaban en el desierto solo por ellos conocido, poniendo de por medio con sus invasores, una inmensa extensión de arena , sin un solo árbol, fuente de agua o sendero que sirviera de guía a sus perseguidores. Así lograron mantenerse independientes de todo yugo, practicando la idolatría cuando en medio mundo imperaba el cristianismo.
El Islam apareció en Arabia, a inicios del siglo VII de la era cristiana, es decir mas de seiscientos años después de la aparición del cristianismo. La Arabia de entonces era; como lo es ahora, una región árida y desértica, con un sinnúmero de oasis donde las tribus calmaban la sed y el hambre. En ese rosario de oasis, sobresalían dos ciudades que son las mas importante dentro del Islamismo: Medina y La Meca. La Meca está situada a unos 100 Km. del Mar Rojo, a medio camino entre Adén en el océano Indico y Gaza en el Mediterráneo. Medina localizada a unos 400 Km. Al norte de La Meca.
La Meca no era ni una ciudad de pastores, ni un oasis de cultura, era mas bien un centro de comercio y de peregrinación, un verdadero centro árabe. Año tras año, en el invierno, una caravana mequi iba a Adén, en el océano Indico, las mercancías llegadas de la India por mar, gracias a los vientos monzónicos, las mercancías eran transportadas a La Meca, de donde al verano siguiente eran transportadas por otra caravana a Siria y a Egipto.
La ciudad de La Meca poseía un templo; llamado La Kaaba de forma casi cúbica; de ahí su nombre que en árabe significa “cubo”. Las dimensiones de este edificio eran de 15 metros de alto, 10 de largo y 12 de ancho. En el ángulo este de La Kaaba había; a la altura del pecho de un hombre, encastrada una piedra negra que era objeto de devoción. El conjunto formaba un gran panteón en el que se habían colocado toda clase de estatuas y piedras sagradas, incluso había según algunos textos antiguos, iconos de Jesús y María.
Mahoma
Mahoma nació en La Meca en el año 570 dentro de la tribu de los Koreichitas. Huérfano de padre a los dos meses de nacido, perdió a su madre a los seis años, quien le dejó de herencia cinco camellos y una esclava negra y a su abuelo a los ocho, fue educado por su tío Abu Taleb. Descendiente de una familia de notables de su ciudad, aunque con influencia desmerecida, a los doce años, su tío decidió dedicarlo al comercio por lo que lo llevó a realizar un viaje de negocios a Siria, donde se dice un monje nestoriano llamado Bahira, asombrado por el talento precoz, la sensatez y buen juicio del muchacho, le predijo un porvenir glorioso y le recomendó a su tío que le preservara de las enseñanzas de los judíos, quienes podrían atentar contra la vida del joven si notaban en él el sello de la profecía que consistía en un signo que Mahoma llevaba entre los hombros, como lo habían tenido todos los profetas. Cuando contaba con veinticinco años, se casó con una viuda rica de cuarenta años, llamada Jadiya, con quien trabajaba como hombre de confianza.
Hacia el año 610, durante el mes del ramadán, cuando hacía un retiro de larga duración en una cueva del monte Hira, a unos cuantos kilómetros de La Meca. Fue entonces cuando tuvo un sueño; según algunos fue en realidad una visión en estado de vigilia, cuando vio a un ser superior que le ordenó recitar un texto y lo llamó “enviado de Dios” (rasull Allah). Ese texto es lo que actualmente constituyen los primeros cinco versículos del capítulo 96 del Coran..
Asustado, Mahoma volvió a su hogar y le contó su historia a su mujer quien lo comprendió y le dio ánimos, convirtiéndose luego en su principal seguidora.
Los textos que proclamó los siguientes tres años, son considerados por los musulmanes como mensajes procedentes de Dios por medio del ángel Gabriel. Estos textos fueron en un principio retenidos en la memoria colectiva, para finalmente ser recogidos algunos años después de la muerte de Mahoma y forman lo que se conoce como El Corán, considerado como el libro sagrado de los musulmanes, equivalente a lo que es La Biblia para los católicos.
Algunos allegados al entorno de Mahoma, se convirtieron de inmediato a la nueva fe: su mujer Jadiya, su primo Alí; Abur Bakr, que luego sería el primer Califa.
El Corán afirmaba que Mahoma era el enviado de Dios, mandado a los árabes como Moises había sido enviado al Faraón (Corán 73,15). Los adeptos a la nueva fe, empezaron a ser cada vez mas numerosos, se agrupaban en torno a su jefe espiritual, rezando algunas veces con él y otras siguiendo fielmente sus indicaciones y repitiendo continuamente trozos del Corán.
Con el tiempo, el número de discípulos de Mahoma fue creciendo en medio de una tenaz oposición por lo que fue considerado como una amenaza para la élite de La Meca. Sus adversarios ordenaron un boicot contra los nuevos creyentes, se prohibió tener con ellos alguna relación comercial o matrimonial.
Las cosas para Mahoma empeoraron en el año 619 cuando murieron sus dos principales apoyos; Jadiya y Abu Taleb. El resto de su familia tampoco se mostró dispuesta a apoyarlo, por lo que tuvo que acudir en busca de un clan que lo apoyara. Buscó protección en Taif, una ciudad de veraneo de los ricos mequíes y con las tribus nómadas, no teniendo éxito en ninguno de los casos. Finalmente logró el apoyo de los árabes paganos de La Meca. En esa época la tradición habla de un viaje de Mahoma al cielo, conducido por el ángel Gabriel quien lo llevó también a Jerusalén y al séptimo cielo, ante el trono de Dios. Allí se dice, recibió la orden de rezar cinco veces al día.
Finalmente en 622, y para huir de la oposición de sus adversarios, Mahoma decide viajar con sus seguidores a la ciudad de Yatrib, después llamada Medina (La Ciudad). Este año es considerado como el primer año de la era musulmana.; por eso el primer día del primer mes lunar, los musulmanes celebran el recuerdo de ese “éxodo”, que en su idioma llaman “hériga”.
Antes de viajar a Medina, la ciudad se había visto envuelta en una serie de luchas por el poder entre los clanes. Los líderes de los clanes habían oído hablar de Mahoma en La Meca y escuchado sus enseñanzas durante sus peregrinaciones paganas a esa ciudad y decidieron invitarlo a mediar entre ellos a cambio de aceptarlo como profeta. Los medineses convertidos fueron llamados por los musulmanes “ayudantes”.
Según las leyes del desierto, de esa época, el grupo que se veía obligado a huir de su ciudad, declaraba con su huida, la guerra a sus antiguos conciudadanos. Por lo que a partir de entonces, los musulmanes se declararon en guerra contra los mequíes.
En Medina, la situación cambió radicalmente para Mahoma, de pequeña secta en Islam pasó a ser una potencia política, y se convertía en una religión universal. Mahoma, de acuerdo con las leyes del desierto, se convierte en el jefe de Medina. Con los judíos, que formaban la mitad de la población de Medina y controlaban la mayor parte de la agricultura y la metalistería, estableció una relación pacífica. Se les ofreció un pacto de protección a cambio de dejar en manos de los musulmanes la política exterior y las iniciativas de guerra.
En Medina los musulmanes construyeron la Mezquita y el conjunto de residencias de su líder y sus esposas. Fue en ese lugar donde el año 632, Mahoma fue sepultado y a donde año tras año, los millares de peregrinos van a orar junto a su tumba.
En esa Mezquita; la segunda en importancia en la actualidad, después de la de La Meca, La oración ritual se celebraba en posición hacia Jerusalén, según la costumbre judía. El ayuno de un día al año, el Ashura, se instituyó según la tradición judía.
Mahoma deseaba que los judíos se convirtieran al Islam, pero éstos mostraron poco interés por hacerlo, por lo que inmediatamente vino una ruptura, por lo que los musulmanes cambiaron la dirección de la oración, a partir de entonces lo harían de cara hacia la Kaaba de La Meca, y el ayuno del día del Ashura, fue sustituido por el del Ramadan.
El Corán afirma que el Islam es el retorno a la pureza de la religión de Abraham, que no era ni judío ni cristiano. Los textos dicen que fue Abraham quien construyó la Kaaba con ayuda de su hijo Ismael. Igualmente, según el Corán, Abraham recibió la orden de invitar a los hombres a peregrinar a La Meca. Pidió a Dios que alimentara a los habitantes de aquel lugar y que enviara un profeta a los árabes.
En Medina, los musulmanes se dedican entonces a organizar ataques contra las caravanas de los mequíes. En marzo de 624 trescientos musulmanes derrotan a un millar de mequíes en Badr. Esta victoria se celebra todos los años el día 14 del ramadán. El año 627 los musulmanes son atacados y sitiados en Medina, pero los mequíes fueron neutralizados en el gran foso que los musulmanes habían construido alrededor de la ciudad.. A este hecho se le llama la Campaña del Foso.
Cada una de estas batallas, sirvió de pretexto para que los musulmanes liquidaran a las tribus judías de Medina, que habían mostrado mas simpatía por los mequíes que por ellos. La última liquidación de judíos acabó con 900 de ellos. Las mujeres y los niños fueron esclavizados y los hombres que se convertían a su fe, salvaron sus vidas. Tan solo dos de ellos lo hicieron.
En el año 628, los musulmanes viajaron en peregrinación a La Meca, lo cual obligó a los mequíes a negociar una tregua. Finalmente los musulmanes fueron reconocidos oficialmente. La tregua se firmó en Hodaybiya.
Libres de la oposición de los mequíes, los musulmanes iniciaron su expansión, incursionando a tierras mas allá de Arabia, obteniendo grandes botines y adhesiones.
En el año 629, los musulmanes entraron en peregrinación a La Meca y el año 630 volvieron triunfantes de nuevo. Mahoma concedió a sus compatriotas una amnistía general lo que preparó la adhesión general de los mequíes. Los paganos, a diferencia de los judíos, prefirieron la conversión al martirio. La Kaaba fue purificada, en adelante La Meca sería la ciudad santa del Islam. El año 631 fue el de las embajadas que venían a abrazar el Islam. La peregrinación de ese año, presidida por Abu Bakr, en ausencia de Mahoma, se anunció que el territorio de La Meca estaba prohibido para los no musulmanes en la siguiente peregrinación. La peregrinación del año 632, conocida como La Peregrinación de Despedida, presidida por Mahoma unos meses antes de su muerte, agrupó solamente a los musulmanes.
Monógamo la mayor parte de su vida, Mahoma se casó de nuevo tras la muerte de Jadiya. Solamente cuando vivió en Medina empezó a tener varias esposas al mismo tiempo. Primero se casó con Aicha, hija de su amigo Abu Bakr, que siempre fue su esposa preferida; ella tenía solamente 11 años al casarse. En Medina se casó varias veces, llegando a tener nueve esposas simultáneamente. Tuvo con ellas varias hijas que murieron jóvenes y no tuvieron descendencia, excepto Fátima, que le dio dos nietos, Hasán y Hosayn.
El año 632, Mahoma murió en Medina, de enfermedad como citan algunas fuentes, o como consecuencia de un intento de envenenamiento por los judíos unos años antes. Fue enterrado ahí mismo.
Su muerte fue la señal de una revuelta general en Arabia que tardó unos meses en ser sofocada, ya que a pesar de los éxitos aparentes, la situación al interior del grupo era deleznable. Un pequeño grupo de personajes cercanos nombró califa a Abu Bakr, es decir, sucesor del profeta muerto.
El Dogma del Islam
Una breve revisada al dogma del Islam, nos lo revela por una simplicidad y a la vez una insistencia con que se les recuerda a los fieles. Tanto en la oración, la vida cotidiana, el arte y la predicación, son aprovechados por los musulmanes para hablar de él. El devoto no lo discute jamás. Toda su existencia está marcada indeleblemente por él.
La profesión de fe mas concentrada, llamada sahada, es la siguiente:
Yo confieso que no hay divinidad fuera de Dios (Alá) y que Mahoma es el enviado de Dios.
El doble reconocimiento de la unidad de Dios y la divinidad atribuida a Mahoma, está en la base de todo.
A todo al que quiera agregarse al Islam, se le exige esta sahada, basta que la recita sin mayor ceremonia alguna. Como el Corán no tiene ningún sacramento, y por tanto ningún bautismo, no se pide nada más que la presencia de dos testigos.
El que no cree en Dios, en sus ángeles, en sus escrituras, en sus enviados y en el último día, está en una aberración infinita (Corán, 135/136; Corán 2,172/177)
En este versículo se encierran los cinco artículos del dogma del Islam:
1.- La fe en Dios
El musulmán cree en un solo Dios, eterno, creador, omnipotente, que lo ve y lo sabe todo, infinitamente bueno y misericordioso, duro con los que se oponen a él, que perdona al que le pide perdón y que castiga severamente a los impíos.
La existencia de Dios se considera evidente y el Corán no intenta demostrarla
2.- La fe en los ángeles
El Corán menciona a los ángeles, habla de los djinns o genios, que son una especie de seres parecidos a los espíritus, que se organizan en comunidades y entre los que hay musulmanes y no creyentes a quienes Mahoma habría conocido después de su viaje a Taif.
En cuanto a los ángeles propiamente dichos, la fe musulmana admite que el ángel Gabriel, a quien consideran como el espíritu santo y que fue el instrumento de la revelación, trayendo los textos coránicos de parte de Dios a Mahoma.
Igualmente, creen en la existencia de dos ángeles de la guarda que todo hombre tiene consigo anotando sus actos y a los que saluda a su derecha e izquierda, al final de cada oración ritual. También creen que en el cielo y el infierno viven los ángeles encargados de la alabanza y las venganzas de Dios.
3.- Los libros revelados
Para los musulmanes, el libro sagrado está primero que el profeta en la lista de artículos de la fe. La revelación de los libros sagrados es considerada como la transmisión de un texto preexistente, que procede íntegramente del cielo, sin que el profeta tenga el mas mínimo papel en esta operación, sino que lo único que hace es recibir unos textos que repite a continuación. La revelación es una especie de dictado o una lección aprendida de memoria.
4.- Los profetas enviados
El Islam hace una distinción entre los profetas inspirados (nabi) que no han recibido ninguna misión en particular y los profetas enviados (rasul), encargado particularmente de una misión. Todo enviado es necesariamente un profeta, pero no a la inversa. El Corán dá el título de profetas enviados a las principales figuras de la Biblia, desde Adán hasta Jesús, pasando por Noé, Moisés, etc. Según el Islam todos los enviados han anunciado el mismo mensaje religioso, particularmente el monoteísmo. Todos los enviados estuvieron designados a un pueblo en particular, al que pertenecían y cuya lengua hablaban. Así Jesús fue enviado solamente al pueblo de Israel mientras que Mahoma fue la excepción; ya que el recibió una misión universal, válida para todo pueblo de la tierra.
5.- Los fines últimos: resurrección, juicio, cielo e infierno.
Parte del dogma musulmán habla de las convulsiones del fin del mundo, con la resurrección de los cuerpos saliendo de los sepulcros tras el sonar de la trompeta del juicio final; luego el juicio con la balanza para pesar los actos de cada quien, los libros se abrirán y el veredicto; el paraíso para unos y el infierno para otros. La responsabilidad de los seres humanos se encuentra de forma clara en los textos sobre el juicio final. Los malvados serán condenados por haber obrado mal. Los hombres serán juzgados según sus acciones. El buen musulmán espera que sus obras buenas sean mayor que las malas, para inclinar la balanza a su favor el día del juicio final.
El pecado imperdonable, de hecho el único pecado mortal para los musulmanes, es el shirk, el crimen de asociar a Dios con otras divinidades. El hombre culpable de este pecado, pierde el beneficio de todas sus obras buenas, que por este hecho carecen completamente de valor.
La Ley musulmana: los cinco pilares
Los musulmanes consideran fundamental la práctica de cinco deberes, conocidos como los cinco pilares del Islam.
1.- Profesión de fe
La primera obligación monoteísta del musulmán es la profesión de fe o testimonio (shahada): “No hay mas Dios que Alá y Mahoma es su profeta”. Esta profesión, debe ser hecha pública por cada musulmán al menos una vez en su vida “de forma verbal o con total asentimiento de corazón”, señala su ingreso en la comunidad islámica.
2.- Oración
La segunda obligación de un musulmán es el salat, que consiste en cinco oraciones diarias. La primera antes de la salida del sol, la segunda al mediodía, la tercera, entre las tres y las cinco de la tarde, la cuarta después de la puesta del sol y la quinta antes de acostarse que debe ser antes de medianoche. Durante cada oración, los musulmanes miran hacia la Kaaba localizada en La Meca. Para orar hay que permanecer primero de pié y luego hacer una genuflexión y luego dos postraciones y por último tomar asiento. En cada una de estas posiciones se recitan oraciones y fragmentos de El Corán.
Las cinco oraciones se realizan en comunidad y en una mezquita (la iglesia para los católicos), aunque pueden hacerse de manera individual si no se puede estar presente en una congregación.
En oriente medio y en Indonesia, las mujeres participan en las oraciones comunales pero separadas en una sala de los hombres. En la India, las mujeres lo hacen en el hogar.
3.- Limosna
La tercera obligación de un musulmán es la de pagar el zadat (limosna). Este impuesto fue en un principio establecido por Mahoma para los ricos de la comunidad, con el propósito de ayudar a los pobres, para auxiliar a los endeudados, para financiar la yihad (la guerra por la causa del Islam o guerra santa). Cuando se entrega la limosna se considera legítima y purificada el resto de la fortuna de un musulmán. En la mayoría de los estados musulmanes la limosna ya no es cobrada por el gobierno y se convirtió en voluntaria , aunque su pago sigue considerándose como una obligación moral. En algunos países se ha considerado instaurarla como un impuesto.
4.- Ayuno
La cuarta obligación es el ayuno o saum, durante el mes del Ramadán. Durante el mes del ayuno, las personas deben de abstenerse de comer, fumar, beber y tener relaciones sexuales desde el amanecer hasta la puesta del sol, además de evitar cualquier pensamiento que se considere pecaminoso. Quienes pueden hacerlo deben, además, dar de comer a un pobre. Cuando una persona no puede cumplir con esta obligación por estar enfermo o de viaje, deberá hacerlo en días posteriores.
5.- Peregrinación
La quinta obligación del musulmán es el hach, que consiste en hacer una peregrinación, al menos una vez en su vida, a la Kaaba, en La Meca. La peregrinación se celebra los primeros diez días del último mes lunar. El rito exige que los peregrinos se encuentren en un estado de pureza absoluta, vistiendo una prenda blanca solamente, se abstengan de derramamiento de sangre, de cortarse las uñas y el pelo y evitar cualquier vulgaridad.
El rito consiste en dar siete vueltas a la Kaaba a paso ligero entre los dos túmulos mas próximos al santuario, caminar 3,827 km hasta Mina, recorrer 11,263 km hasta Arafat, permanecer allí durante la tarde para escuchar un sermón, regresar caminando a La Meca, ofrecer un sacrificio en memoria del intento de Ibrahim (Abraham) de sacrificar a su hijo, y de nuevo correr alrededor da La Kaaba.
Además de las cinco instituciones básicas del Islam, este prohíbe el consumo de alcohol y carne de cerdo. Además de La Kaaba, el principal santuario de un musulmán, los centros más importantes de la vida islámica son las mezquitas, donde se realizan las oraciones diarias, y las mezquitas basílicas, donde se celebran los oficios los viernes.
FUENTES
Jomier Jackes, 1998. Para conocer EL ISLAM. Editorial Verbo Divino. Av. De Pamplona 41. Navarra, España.
Enciclopedia Encarta. 2000. Microsoft
El Corán, 1982. Editorial Epoca. Traducción de Joaquín García Barroso
*Ignacio Lagarda Lagarda. Geólogo, maestro en ingeniería y en administración púbica. Historiador y escritor aficionado, ex presidente de la Sociedad Sonorense de Historia.