Espejo desenterrado: Los hechos hablan por sí solos

Por Karla Valenzuela
Yo soy de la gente que sí piensa que las cosas se demuestran con hechos y no con palabras. Podemos utilizar las palabras para escribirlas, para decirlas, y ordenar así nuestros pensamientos, pero – más cuando de promesas se trata- los hechos son los que importan y prevalecen.

Ya lo decía Esopo: “Las palabras que no van seguidas de hechos, no valen nada”. Y lo hemos visto. Así, hay que tener siempre mucho cuidado con lo que decimos porque –para bien o para mal- nuestras palabras nos perseguirán siempre.

Eso lo deben tener muy claro quienes aspiren a una posición en las boletas electorales, pero también – y vaya que sí-, lo debemos tener también muy claro los electores. Y es que luego dicen que los mexicanos no tenemos memoria, y aunque puede ser cierto, lo que sí es evidente es que a veces aplicamos la dosis de olvido porque no nos conviene recordar.

El asunto aquí es que esto de lo que han hecho o no los candidatos – o precandidatos- por su gente, de los resultados que finalmente han dado y que son fehacientes, es lo que de verdad debemos valorar y de ésos conozco pocos casos, pero sí los hay y muy buenos.

Así que, en medio de la vorágine de desprestigio que se avecina por las campañas electorales – y que ya ha quedado claro con uno o dos precandidatos a la Presidencia de la República- , yo invito a pensar y a rememorar quiénes han puesto verdaderamente ejemplo con hechos, quiénes han procurado de verdad un cambio día con día en nuestra sociedad y quiénes convirtieron en una realidad sus promesas.

Al final, hay otro dicho que reza: “El prometer no empobrece”,  pero ya ha quedado claro que a veces eso no es tan cierto. Cuando las promesas son tan inalcanzables, tan volátiles, la pobreza nos llega más temprano que tarde.

Invito también a ser positivos y propositivos. A utilizar las palabras para construir una sociedad más sana. Una sociedad en la que convivamos felices hasta con nuestras mascotas.

Que nuestras palabras sean siempre, pues, un augurio de nuestros hechos, y que nuestros hechos sean todavía mejor que lo que decimos. Y eso va para todos.

*Karla Valenzuela es escritora y periodista. Es Licenciada en Letras Hispánicas y se ha especializado en Literatura Hispanoamericana. Actualmente, se dedica también a proyectos publicitarios.

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