jueves, noviembre 21, 2024
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Imágenes urbanas: Pecados de familia

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Por José Luis Barragán Martínez
José Luis Barragán
Por la calle Arena, entre Cal y Cemento, colonia Los Albañiles, una mujer de veintiséis  años aunque pareciera que tuviera más de sesenta se pasea de incógnita, tapada con una especie de rebozo se sienta en una banqueta, se sienta en otra, camina de aquí para allá frotándose las manos diciendo entre dientes una y otra vez: “¡Ay mi padre, ay mi padre!”, los niños le tienen miedo.

Y así fue que la Mari se convirtió en mujer, a los 13 años empezó su desarrollo y a los 15 ni se diga: Está retechula, decía la gente, la Mari ya se puso.




Pantalón de malla y pantiblusa casi untados en el cuerpo, hora y horas frente al espejo pintándose las cejas, las pestañas, la boca, con unas pincitas se arrancaba cuanto bello descubría en su rostro.

A los 16 el amor tocó a su vida con toda la fuerza de la juventud:Es un vago, no trabaja ni estudia, dicen que hasta le hace al thinner, fueron advertencias de los suyos pero no hizo caso, las campanas del primer amor sonaban todo el día en su cabeza y en su corazón, con él aunque fuera en una cueva viviría, junto a un río para tomar agua y hojas o raíces de los árboles para comer, se defendía.

Aquella noche del 15 de diciembre del 2007 cuando celebraban la primera posada de la temporada en su casa, la Mari salió a la calle y ya no regresó, todos andaban desesperados buscándola, hasta la judicial intervino, tres días después la encontraron en el domicilio de una tía del novio. El padre lo acusó de rapto, pero el amor, el primer amor, el apasionado amor de los dieciséis años hizo que la muchacha por defender a su novio dijera ante la policía: Es que le tengo miedo a mi apá porque me quiere para él, cuando estamos solos en la casa me dice que le gusto y hasta ha tratado de abusar de mí.




La noticia salió en los periódicos y el padre por poco va a la peni, como era buen maestro albañil había trabajado para un prestigiado abogado el cual defendió a capa y espada su inocencia y salió libre pero advirtió a su familia: La Mari jamás volverá a entrar a nuestra casa porque ha dejado de ser mi hija, ella cometió un pecado de familia de los que no se perdonan.

El sueño amoroso de la muchacha sólo duró un mes y quedó embarazada, su príncipe azul desapareció como si se lo hubiera tragado la tierra.




Actualmente la Mari tiene invadida una casa en el fraccionamiento Pueblitos, de vez en cuando la joven mujer de aspecto miserable se aparece por la calle Arena entre Cal y Cemento, ha dado a luz a otros tres chamacos de diferentes padres, no ha logrado convivir con ninguno de ellos ya que luego salen de pleito.

El sábado pasado por la noche había fiesta en la casa número 605 de la calle Arena entre Cal y Cemento, la Mari tocó la puerta, llevaba a sus tres niños caminando y al bebé de brazos, su padre salió, Mari le pidió perdón, pero éste le dijo que no se anduviera apareciendo por allí, porque tú cometiste un pecado de familia, de los que no se perdonan.




*Por José Luis Barragán Martínez, colaborador


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